Estimado doctor psiquiatra:

Me permito escribirle mi carta semanal porque hoy, más que nunca, necesito una consulta de emergencia.

Con todo lo que está pasando en nuestro querido México estos últimos días, requiero de una terapia.

Le platico mis tres síntomas:

Mercadotecnia, investigación de mercado y política.

Así que, empecemos con mercadotecnia e investigación de mercado:

En esta categoría, mi estimado doctor, yo creí que era un experto.

Y creí esto, porque toda mi vida me he dedicado exitosamente a esta profesión.

¿Pero, qué cree, mi querido doctor psiquiatra?

A lo mejor me enseñaron muy mal.

A mí me enseñaron en la universidad que las encuestas se debían dirigir al segmento que iba a consumir ese producto.

De nada sirve encuestar al sexo masculino sobre detergentes o shampoo para pelo de mujer.

Pero…

Si encuestan a mujeres para este segmento porque son consumidoras potenciales, las encuestas tendrían 100% de validez.

Y así con esa teoría, todas las empresas dedicadas a la mercadotecnia y productos de consumo, hemos trabajado así mínimo los últimos 125 años.

Pero últimamente pasaron dos cosas que me han confundido tanto que me han hecho recurrir a ti.

Te las platico:

Hubo una encuesta-consulta trampeada por un partido para definir en qué aeropuerto los mexicanos íbamos a volar en el futuro.

¿Y qué crees que hicieron estos tramposos?

¡Consultaron a usuarios que no usan ni usarán ese producto!

Pero deja eso, ¡no consultaron a los usuarios ni en aeropuertos ni en zonas accesibles a este segmento que vuela!

¿Me lo puedes creer?

Es más, al contarte todo esto, siento que necesito un Tafil…

Me imagino que ya sabes lo que pasó después..

El “pueblo bueno” —que no vuela— decidió por los consumidores que sí vuelan y que no opinaron.

Otra:

Van a hacer otra encuesta para saber si construyen el tren maya.

Pero, ¿qué crees?

¡La decisión ya esta tomada!

¡Y por supuesto que se va hacer!

Ya hasta creen saber cómo se va a financiar.

Y el colmo:

A pesar de que la decisión de construirse ya está tomada, el gobernador de Chiapas Manuel Velasco, produce un video muy caro en donde —por supuesto— él es la estrella, pidiéndole a la gente a través de las redes, que vaya a votar por la construcción del Tren Maya por el bien del sureste.

¿No es el colmo?

¿A quién le importa ese tren?

¡A nadie!

Excepto a los habitantes del sureste.

Es más, mi querido doctor ¡tampoco van a consultar con el segmento turístico internacional!

Necesito otro Tafil...

Y por último:

La señora Sheinbaum mandó concursar con todos los “creativos del país” el logo de la Ciudad de México, cuando no era necesario.

Me angustian dos cosas:

El cambiar por cambiar.

Y no contratar a un despacho serio de diseño gráfico.

El resultado:

El nuevo logo es un fusil del logo de un grupo de rock y la C y la S están de manera “subliminal” en el logo para empezar desde el 1er día de diciembre la carrera por la sucesión presidencial, si es que va haber.

¿Y de política?

Otro día con más calma.

eluniversal@alazraki.com.mx

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