Allen Ginsberg fue un escritor experimental e infatigable que dio cauce a su voz por medio de la transgresión. Uno de los rasgos de su trabajo que asombró a buena parte de la sociedad estadounidense de mediados del siglo XX fue su tendencia a subvertir los tópicos y los usos lingüísticos asociados a la lírica anglosajona tradicional.

Cuando la polémica en torno a la igualdad de derechos civiles estaba en boga en Estados Unidos, Ginsberg se convirtió en activista, proclamó su homosexualidad e hizo una férrea defensa de su libertad sexual tanto en su vida pública como en su obra. Con la misma osadía con la que escribió bajo el influjo de distintas drogas y se dijo contento con los resultados de dichas experiencias, se manifestó en contra de la guerra de Vietnam y la influencia belicista de su país.

Desde que su quehacer artístico se popularizó distintos sectores reaccionarios intentaron censurar sus poemarios y lecturas públicas. Acostumbrado al escrutinio, Ginsberg atravesó una seguidilla de escándalos que alcanzaron su punto más álgido a mediados de la década de los 60. Cuando el movimiento hippie estaba en pleno Verano del Amor en San Francisco (1967), Ginsberg se encontraba en Europa en calidad de invitado a distintos encuentros como el “Festival de los Dos Mundos”, el cual fue creado en 1958 en la ciudad de Spoleto, Italia, por iniciativa del compositor Gian Carlo Menotti. La meta era reunir a los artistas más importantes de Europa y América. Aunque las actividades de mayor convocatoria eran las musicales, el evento se había distinguido por los recitales de poetas. Para el décimo aniversario, además de Ginsberg comparecieron, entre el 6 y el 9 de julio, John Berryman, Ingeborg Bachmann, Yehuda Amijai, Rafael Alberti, Iván Drach, P. J. Kavanagh, Charles Tomlinson, Alfonso Gatto, Vittorio Sereni, Giuseppe Ungaretti, Henri Michaux, Ezra Pound y los mexicanos Octavio Paz, Homero Aridjis y José Emilio Pacheco.

El 8 de julio la prensa local destacó que Ginsberg había sido arrestado debido a que dio lectura a “algunos obscenos versos rimados. Ginsberg recitó en inglés, pero entre el público se había distribuido previamente un folleto con la traducción al italiano. El incidente ocurrió durante el espectáculo Encuentro con los poetas, en el Teatro Caio Melisso”. Aridjis explicó que la detención se debió a que el poeta estadounidense empleó “en un poema una expresión coloquial para designar la masturbación (Jack off), y no la palabra técnica”.

Paz recordó el revuelo provocado por los versos de Ginsberg: “Eran unos poemas bastante autobiográficos en los que hablaba de sus masturbaciones en letrinas de la Policía de Cuba y después de los incidentes con las autoridades checas y de otros países. Unas pocas horas después la policía italiana lo detuvo. La acusación consistía en que (…) empleaba palabras groseras, es decir, coloquiales. Hubiera podido decir: masturbarse o copular, que son palabras que aparecen en los libros de medicina. Lo imperdonable era que utilizase el lenguaje vivo… Estábamos conversando en un café y de pronto desapareció Ginsberg. Estaba en la cárcel. La gente no quería ir a la Comisaría porque tenía miedo. Pero los mexicanos (Pacheco, Aridjis y yo) decidimos intervenir en este problema de lingüística y a las pocas horas salía libre”. La presencia de Paz en la aprehensión —aunque no en el juzgado— fue confirmada por Bill Morgan, biógrafo del beatnik.

Fue el propio Ginsberg quien explicó que el poema “Con quién ser amable” fue el causante de que se le detuviera por obscenidad. “Vinieron por mí a un café media hora después de la lectura, aparecieron de la nada y de forma completamente inesperada, fue una sorpresa en verdad porque yo no había hecho nada, (…) cuando me dijeron acompáñenos pensé que era por drogas”.

Aunque los organizadores del festival gestionaron su liberación pocas horas después, Ginsberg criticó con dureza a la justicia italiana: “El problema es que la estructura legal (…) todavía funciona con premisas fascistas, a saber, las leyes y la plantilla, todo sigue igual que en la época de Mussolini”. Sin darle mayor importancia a lo ocurrido, partió rumbo a Londres para presidir una marcha a favor de la legalización de la marihuana en la que participaron, entre otros, The Beatles y The Rolling Stones. La camiseta psicodélica que Ginsberg vistió en la protesta fue un regalo de Paul McCartney que el propio músico pintó a mano para la ocasión.

El proceso abierto contra Ginsberg en Italia trascendió al menos hasta 1971, cuando el San Francisco Examiner reportó que los tribunales seguían esperando su comparecencia para darlo por cerrado.

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