Darle más importancia a la memoria histórica y cultural no sólo es algo digno de celebración, sino una necesidad incuestionable. Que una iniciativa como la que se anunció el lunes en el Archivo General de la Nación se encamine a la digitalización del patrimonio documental de México, en una sola plataforma, a la que podrá accederse gratuitamente en Internet… ¿quién puede no estar de acuerdo? Que la coordinación cuente con un consejo ciudadano asesor del nivel de Miguel León-Portilla, Elena Poniatowska, Horacio Franco… inspira confianza. Pero se requiere más información para entender, bien a bien, el nuevo programa.

La Coordinación Nacional de Memoria Histórica y Cultural de México, cuyo Consejo Honorario presidirá la doctora Beatriz Gutiérrez Müller (académica, escritora, y esposa de Andrés Manuel López Obrador) y estará a cargo del catedrático Eduardo Villegas, con oficina en Palacio Nacional, se anunció sorpresivamente. Es decir, no formaba parte del proyecto “El poder de la cultura”, que Alejandra Frausto difundió en campaña. Entonces, ¿qué relación tendrá el nuevo programa con la secretaría de Cultura? ¿Qué papel jugarán en la nueva coordinación el Instituto Nacional de Antropología e Historia y el Instituto Nacional de Bellas Artes, que velan por la conservación de la memoria desde el siglo pasado? Prácticamente ausentes en los discursos de la ceremonia, aparecieron cuando Frausto tuiteó que la SC se sumará al proyecto con los acervos de estas instituciones.

Beatriz Gutiérrez Müller habló de su propia pasión, destacó la importancia de refrescar la memoria y rescatar las voces olvidadas, de tener presente al pasado, de “quitarnos la amnesia histórica y colectiva”, de ser conscientes de nuestros tesoros históricos y artísticos. Eduardo Villegas detalló que “ningún gobierno del mundo ha emprendido un proyecto tan ambicioso; colocar en una única plataforma toda la información disponible de los procesos que hemos vivido en el país, desde los códices precolombinos hasta fotografías del porfiriato; desde el inventario de las áreas naturales y la biodiversidad hasta la música de las ceremonias tradicionales de los pueblos originarios; desde las actas de los cabildos novohispanos hasta las recetas de la cocina yucateca”.

Pregunta ineludible de historiadores: ¿serán restaurados todos los archivos antes de su digitalización? ¿Hay fondos contemplados? De Isabel Páez en Twitter: “Los bibliotecólogos y archivónomos están considerados dentro de estas iniciativas?”. De Susana Quintanilla en Facebook: “¿Y la Ley General de Archivos aprobada en junio de 2018 y que supuestamente entrará en vigor a partir del 15/06/2019?”.

López Obrador habló de abrir un Museo del Muralismo en la actual sede de la SEP en el Centro Histórico; de recuperar archivos y bibliotecas vendidas a universidades de Estados Unidos, como la de Gabriel García Márquez o la de Francisco Santamaría, ex gobernador de Tabasco. Desea que “recuperemos lo que está en el extranjero: símbolos que tienen que ver con nuestra historia (…) sería extraordinario recuperar cosas que están en museos del extranjero, garantizando la seguridad, la conservación, que actuemos con mucha responsabilidad”. ¿A qué símbolos y piezas en concreto se refiere y quién hará las gestiones?

Carlos Slim, quien está dispuesto a colaborar, anunció a los reporteros al finalizar la ceremonia que pronto se abrirá la Casa Museo Guillermo Tovar de Teresa, como un proyecto del Museo Soumaya. ¿Cómo? ¿Cuándo? Una cámara captó cuando Beatriz Gutiérrez le dijo al ingeniero: “Cuente con mi apoyo y yo con el de Usted (…) en Carso, tiene cosas maravillosas”. Luego le comentó que en la nueva coordinación “tendremos 5 mil jóvenes digitalizando…” ¿Quiénes son?

Muchas preguntas e inquietudes. Propongo que la memoria no sólo se conserve, sino que sirva para hacer justicia. Ayer y hoy.

adriana.neneka@gmail.com

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