Un nuevo asteroide encontrado detrás de Marte muestra una composición muy similar a la de nuestra luna , y podría ser un resto de nuestro satélite o del propio Planeta Rojo .

Los troyanos son una clase de asteroides que sigue a los planetas en sus órbitas como un rebaño de ovejas podría seguir a un pastor. Estas rocas están atrapadas dentro de "refugios seguros" gravitacionales a 60 grados delante y detrás del planeta.

Son de gran interés para los científicos ya que representan el material sobrante de la formación y la evolución temprana del sistema solar . Varios miles de esos troyanos existen a lo largo de la órbita del planeta gigante Júpiter . Más cerca del Sol, los astrónomos han descubierto hasta ahora solo un puñado de troyanos de Marte.

Un equipo de científicos de países como Italia, Bulgaria y Estados Unidos ha estado estudiando los troyanos de Marte para comprender lo que nos dicen sobre la historia temprana de los mundos internos de nuestro sistema solar, así como para informar las búsquedas de troyanos de la Tierra, según publica en Icarus.

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Se ha indicado que es más fácil encontrar troyanos marcianos en vez de los de nuestro planeta, luego que los troyanos terrestres, si existen, se sitúan siempre cerca del Sol en el cielo, donde es difícil apuntar con un telescopio.

Un troyano terrestre, llamado 2010 TK7 , fue encontrado hace una década por el telescopio espacial WISE de la NASA , pero el modelo informático mostró que es un visitante temporal del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter en lugar de una reliquia planetesimal de la formación de la Tierra.

Para conocer la composición de los troyanos de Marte, el equipo utilizó X-SHOOTER , un espectrógrafo montado en el Observatorio Europeo Austral de 8 m del Very Large Telescope (VLT) en Chile.

Con la herramienta antes mencionada se observa cómo la superficie del asteroide refleja la luz solar de diferentes colores: su espectro de reflectancia. Al realizar una comparación espectral con otros cuerpos del sistema solar con composición conocida, un proceso llamado taxonomía, el equipo esperaba determinar si este asteroide está hecho de material similar a los planetas rocosos como la Tierra, o si es una pieza de carbono y materia rica en agua típica del sistema solar exterior más allá de Júpiter.

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Uno de los troyanos que examinó el equipo fue el asteroide (101429) 1998 VF31 . Los datos de color existentes en el objeto sugirieron una composición similar a una clase común de meteoritos llamados condritas ordinarias. El poder de recolección de luz del VLT permitió recopilar datos de mayor calidad sobre este asteroide que nunca. Combinando estas nuevas mediciones con datos obtenidos previamente en la Instalación del Telescopio Infrarrojo de la NASA en Hawai, el equipo intentó clasificar 101429. Descubrieron que el espectro no se correspondía bien con ningún tipo particular de meteorito o asteroide y, como resultado, expandieron su análisis para incluir espectros de otros tipos de superficies.

¿De dónde podría haber venido un objeto tan inusual? Una posibilidad es que 101429 sea solo otro asteroide, similar quizás a los meteoritos de condrita ordinarios, que adquirió su apariencia lunar a través de eones de exposición a la radiación solar, un proceso llamado meteorización espacial.

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Alternativamente, el asteroide puede provenir de la Luna. El doctor Apostolos Christou, astrónomo de AOP y autor principal del artículo explica: "El sistema solar primitivo era muy diferente del lugar que vemos hoy. El espacio entre los planetas recién formados estaba lleno de escombros y las colisiones eran comunes. Grandes asteroides golpeaban constantemente la luna y los otros planetas. Un fragmento de tal colisión podría haber alcanzado la órbita de Marte cuando el planeta aún se estaba formando y estaba atrapado en sus nubes de troyanos".

Un tercer escenario, y quizás más probable, es que el objeto provenga del propio Marte. Como señala Christou, "la forma del espectro 101429 nos dice que es rico en piroxeno, un mineral que se encuentra en la capa exterior o corteza de cuerpos del tamaño de un planeta. Marte, al igual que la Luna y la Tierra, fue golpeado por impactos tempranos en su historia; uno de ellos fue el responsable de la gigantesca cuenca Borealis, un cráter tan ancho como el planeta mismo. Un impacto tan colosal podría haber enviado fácilmente a 101429 en su camino hacia el punto lagrangiano L5 del planeta".

nrv

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