Dentro de la arqueología, existen elementos que contribuyen a que los estudios sobre el pasado puedan llevarse a cabo con mayor certeza. Uno de ellos es el paleoambiente .

El paleoambiente se refiere al análisis de material botánico recuperado en las excavaciones arqueológicas y al estudio de las plantas consideradas como elementos del entorno natural, del paisaje humano, de la subsistencia, de la salud humana y del mundo simbólico desde la época prehistórica hasta la actualidad.

Emily McClung Heumann, coordinadora del Laboratorio de Paleoetnobotánica y Paleoambiente del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, señala que ahí se trabaja con restos de plantas que puedan aportar información desde la perspectiva paleoambiental y de las plantas útiles para los grupos prehispánicos.

“Son plantas de uso alimenticio, medicinal, y hasta para la construcción de techos, vigas o postes de sostenimiento”, explicó.

Uno de los lugares más relevantes en los que ha realizado este tipo de estudios es Teotihuacan . “Esa fue la primera vez que se tuvo un trabajo explícitamente asociado con lo que podía considerarse el uso de plantas en Teotihuacan; se encontraron restos de chile, maíz , diferentes tipos de frijol, chía, tomate, quelites, amaranto y otros vestigios de plantas.

Los investigadores han descubierto que un número importante de esas plantas se utilizan desde hace siete u ocho mil años. “Hemos aprendido sobre la domesticación del maíz, su evolución y cómo se ha distribuido a través de México y Latinoamérica, Estados Unidos, Europa y África a través de los siglos”.

Estudios a nivel macro y micro

El término macro restos alude a aquellos que es posible observar con una lupa o microscopio de bajo aumento, como las semillas, frutos, restos de madera, de carbón, hojas y tallos, entre otros, que en ocasiones se pueden percibir a simple vista.

Los micro restos pertenecen a una categoría más amplia. En ellos está agrupado el polen, los fitolitos (partículas de sílice absorbidas por las plantas a través del suelo), que al endurecerse toma la forma de las células de la planta; se extraen de los sedimentos y se observan con un microscopio mucho más grande.

“Las investigaciones llevadas a cabo han contribuido al reconocimiento del significado de mantener el uso plantas tradicionales y nativas de México, por su gran antigüedad e íntima asociación con las culturas prehispánicas, y a través de los siglos con las culturas mesoaméricanas y tradicionales actuales”, precisa la doctora McClung.

La importancia social de las investigaciones que se han realizado a lo largo del tiempo sobre el tema, radica en que hoy se sabe cómo desde la época prehispánica se cultivaban ciertas plantas, para qué se utilizaban y qué cuidados requerían.

Otro dato relevante es que con el paso de los años, los entornos en dónde se han encontrado vestigios, han sufrido cambios radicales. La intervención humana en estos lugares, así como el cambio climático son los principales causantes de dichas transformaciones en los últimos dos mil años, refirió.

Ciencia UNAM, Dirección General de Divulgación de la Ciencia

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