Durante la pandemia el uso de internet ha sido la fuente principal para consultar información sanitaria avalada por profesionales de la salud; sin embargo, especialistas aseguraron que la forma de recopilar y entretejer los datos fomentan la mala interpretación y desinformación.

La doctora en psicología Manuela Moreno-Fernández explicó que en muchas ocasiones la desinformación no proviene de quien la pública, sino de la conducta del lector y de la forma en que investiga.

Para explicar este fenómeno, la investigadora y un grupo de estudio en fundamentos y métodos de la psicología de la Universidad de Deusto en España, estudiaron la relación entre las estrategias de búsqueda en la web por medio de un videojuego. En él los participantes debían investigar si un fármaco (ficticio) era eficaz ante una enfermedad inventada.

Los especialistas expusieron que durante las estrategias de búsqueda, los participantes buscaban la confirmación del efecto del medicamento en la enfermedad, en vez de buscar directamente sus propiedades. La relación entre el medicamento y la enfermedad fue efectiva, pese a que esta relación no existía.

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“Podemos recoger información que sobrerrepresenta un determinado evento e infrarrepresenta a otro. Si esto ocurre, podemos adquirir creencias que no son del todo correctas a pesar de que la información sea verídica y fiable”, aseguró Moreno-Fernández.

“En internet existe el riesgo de no recopilar información de calidad, de fuentes fiables o autorizadas; pero un riesgo alternativo es que, ese a ir a una fuente fiable, podemos estar recogiendo información sesgada, una pequeña porción de la realidad que no representa el conjunto”, detalló.

Este fenómeno ha imperado en torno a la controversia de los antivacunas, pues padres de familia preocupados por los efectos secundarios que podrían producir las vacunas buscan en internet información engañosa que sobreexagera la magnitud de estos efectos.

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“Podríamos haber utilizado otro fenómeno, como el Covid-19, pero este es un ejemplo muy conocido. Todo el mundo conoce el problema de los antivacunas y las consecuencias que ha tenido en salud pública”, afirmó la especialista en un estudio publicado en Journal of Medical Internet Research.

Ante esta situación recomendó que para evitar caer en esta desinformación generada por nuestra propia estrategia de búsqueda recomendó tomar en cuenta que “la primera impresión que tenemos al buscar por internet es limitada”.

La investigadora consideró que aunque el estudio se concentra en información sanitaria, es funcional para otro tipo de temas: “Seguro que se puede aplicar a muchos otros contextos, sobre todo los que tengan relevancia social como el cambio climático o la política”.

nrv

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