El estudio de una nueva variante del Covid-19 , liderado por investigadores de la Universidad de Cambridge , demostró que está relacionada a una enfermedad menos grave por la falta de un fragmento de ADN.

El cambio en la composición del virus es conocido bajo el nombre de “eliminación”, y fue identificado por la ausencia de los genes ORF7b y ORF8. Lisa Ng, integrante de la Red de Inmunología de Singapur, comparó casos con Covid-19 original, con personas infectadas con la nueva variante.

Los resultados, publicados en “Nature”, indicaron que los pacientes con la esta variante del Covid-19 no requirieron del uso de un respirador, en cambio, más del 20% de los casos del virus que carecía de la mutación lo necesitaron.

Sin embargo, los virus que llevan la “eliminación” no se han detectado desde marzo, por lo que los expertos consideraron que esto se debe, posiblemente, a las medidas de control de infecciones, efectuadas por las autoridades sanitarias internacionales.

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Otro de los factores que llamó la atención de los investigadores fue que esta “eliminación”, es semejante a la mutación que sufrió el virus SARS , durante el periodo del 2002-2004, al suprimir de su ADN el gen ORF8, “lo que sugiere que esta podría ser una adaptación importante para infectar a los humanos”, mencionaron los autores.

El método utilizado para identificar la mutación consistió en un mapeo 3D, por el cual los investigadores rastrearon las proteínas de pico del SARS-CoV-2 , una de las partes del patógeno que se mantienen intactas, además son las responsables de trasferir el virus a un huésped e ingresarlas a las células de este.

“Las primeras estructuras del pico de SARS-CoV-2 se extrajeron de proteínas modificadas que se habían expresado en las células y luego se purificaron. Para verificar estos modelos”, detalló John Briggs del Laboratorio de Biología Molecular del Consejo de Investigación Médica en Cambridge.

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Después de recolectar partículas virales de células infectadas, Briggs y su equipo, determinaron que la forma de punta de las proteínas, tanto de la primera manifestación del virus, como de su variante, “se parecían mucho a las determinadas a partir de formas purificadas”, aseguraron.

El investigador, destacó que en ambas conformaciones, la proteína de pico puede adoptar una confirmación “cerrada” o una “abierta”, que le permite unirse a un receptor y transferirle la enfermedad.

Para Briggs, el estudio de la estructura de las partículas virales ayudará a explicar cómo los anticuerpos de unión a picos bloquean la infección, para así proponer nuevos tratamientos para combatir la enfermedad.

fjb

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