Nuevos descubrimientos en torno a la letalidad e impacto de “B.1.351” , la variante del SARS-CoV-2 detectada en Sudáfrica , demuestran que así como esta es capaz de limitar los beneficios del plasma convaleciente de pacientes con Covid-19 y los efectos de las vacunas que combaten la enfermedad, nuestra respuesta inmune no se queda con los brazos cruzados y lucha por desafiarla, evolucionando y adaptándose a los requerimientos para proteger al cuerpo humano.

En un estudio, que aún está en la espera de ser autorizado para su publicación, de Regeneron Pharmaceuticals, una empresa farmacéutica estadounidense, se observó la forma en que las mutaciones de virus se comportan frente a tratamientos para su combate con el plasma convaleciente de 20 pacientes, el suero de 22 personas vacunadas y 30 anticuerpos monoclonales, con el objetivo de conocer a qué grado podrían agravar los esfuerzos de científicos y especialistas a través de tratamientos inmunizantes, ya que estos fueron diseñados frente a una versión distinta del virus.

Así como el SARS-CoV-2 muta, nuestro sistema inmune evoluciona: estudio
Así como el SARS-CoV-2 muta, nuestro sistema inmune evoluciona: estudio

Foto: EFE/EPA/NIAID/NATIONAL INSTITUTES OF HEALTH HANDOUT, archivo

No obstante, lo que más llamó la atención de los expertos fue que el SARS-CoV-2 no es el único capaz de adaptarse y presentarse a través de distintas mutaciones, sino que nuestra respuesta inmune hace lo propio , pues cuenta con la habilidad de hacer frente a “la temida variante sudafricana ” neutralizándola con eficacia.

“Los experimentos de laboratorio nos recuerdan que el sistema inmunitario es complejo y, sobre todo, que no se queda mirando mientras los virus se adaptan, ya que los anticuerpos también evolucionan para obtener ´resiliencia´ ante las mutaciones de su enemigo”, destacaron los autores.

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“Estos datos sugieren que la respuesta de los anticuerpos en pacientes infectados con la variante sudafricana tiene una amplia especificidad, y que las vacunas diseñadas con la secuencia de la B.1.351 pueden obtener respuestas cruzadas”, detallaron. Sin embargo, reconocieron que hay una variedad de indicios sobre su peligrosidad por lo que se dieron a la tarea de estudiar algunas de las mutaciones, hasta ahora rastreadas.

La investigación

Los especialistas tomaron en cuenta dos de las mutaciones denominadas como “variantes preocupantes” (del inglés, Variant of Concern, VOC) del SARS-CoV-2, pues la evidencia científica ha sugerido la posibilidad que nuestra respuesta inmunitaria, ya sea natural o mediada por vacunas y tratamientos contra el Covid-19, disminuya a causa de su elevada letalidad.

Fue así que con la ayuda de investigadores de la Universidad de Columbia analizaron a las variantes B.1.1.7 y B.1.351 , detectadas por primera vez en Reino Unido y Sudáfrica, respectivamente, descubriendo que la primera de ellas es capaz de resistir a la neutralización por parte de la mayoría de anticuerpos monoclonales. Sin embargo, no puede escapar del plasma de pacientes -el suero o porción líquida de componentes de la sangre- recuperados , ni al suero de las personas vacunadas.

Así como el SARS-CoV-2 muta, nuestro sistema inmune evoluciona: estudio
Así como el SARS-CoV-2 muta, nuestro sistema inmune evoluciona: estudio

Foto: Especial

De acuerdo con los expertos, esto sucede gracias a que los anticuerpos monoclonales son idénticos y se unen al mismo sitio, por lo que una mutación puede impedir su tarea. En consonancia, datos procedentes de países como Israel y Reino Unido, publicados en “NEJM”, comparten el argumento que las vacunas contra el Covid-19 funcionan contra la variante B. 1.1.7.

No todo fueron buenas noticias, pues los autores del estudio consideraron más “preocupantes” los experimentos llevados a cabo con la variante B.1.351, predominante en regiones sudafricanas, pues esta demostró resistencia a los anticuerpos monoclonales.

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Los investigadores también observaron una resistencia 10 veces mayor al plasma de personas recuperadas y de aquellos que ya han sido vacunados. “La B.1.351 y otras variantes emergentes con mutaciones similares en la espícula presentan nuevos retos para las terapias con anticuerpos monoclonales y amenazan la eficacia protectora de las vacunas actuales”, informaron los autores.

Ante estos resultados, los especialistas advirtieron que “la vida real es distinta al laboratorio”, por lo que es importante tener en cuenta que los experimentos se realizaron en condiciones de laboratorio, en ocasiones con virus artificiales, por lo que “no tienen por qué ser un reflejo exacto de lo que suceda cuando ese virus infecte un cuerpo humano real”, ya que como otro estudio de NEJM asegura la vacuna de Pfizer es capaz de neutralizar las tres variantes que más preocupan, por lo que mencionaron que aún falta mucho por analizar.

nrv

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