El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, informó de manera oficial que su país no realizará en territorio mexicano tareas para supervisar la aplicación de las leyes laborales, y en dudas sobre incumplimientos, las someterá al mecanismo de paneles pactados en el T-MEC.

No enviará supervisores, y los “agregados laborales” que se propone incluir en la legislación estadounidense para la implementación del tratado comercial tampoco desempeñarán esa función y se ceñirán a las leyes mexicanas, dijo el funcionario en comunicación oficial y carta a Jesús Seade Kuri, subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte.

En conferencia de prensa en la embajada de México en Estados Unidos, Seade Kuri dio a conocer ambos documentos, con los que Lighthizer dio respuesta a la controversia desatada el fin de semana, luego de que el gobierno de ese país enviara a su congreso una propuesta de legislación que incluía esos “agregados”, cuya función, se supuso, sería de inspección.

Lighthizer explicó en el documento que su gobierno busca autorizar hasta cinco agregados del Departamento del Trabajo para “colaborar” con sus contrapartes mexicanas, trabajadores y grupos de la sociedad civil, en la implementación de la reforma laboral.

Esto se concretará en tareas de asistencia técnica y de desembolso de fondos “para la construcción de capacidades”, y en apoyo al nuevo comité intersecretarial de cuestiones laborales estadounidense.

Pero “no serán inspectores laborales y estarán sujetos a todas leyes mexicanas relevantes”.

Las únicas visitas de personal estadounidense a realizarse “serán las que se acuerden conforme a procedimientos y reglas previstos en el tratado a través de panelistas independientes” y en un procedimiento simétrico, se estableció.

Esos panelistas pueden solicitar “verificaciones in situ en cualquiera de los tres países cuando haya cuestiones fundadas de buena fe sobre si los trabajadores en una planta o centro particular están viendo sus derechos laborales fundamentales violados.

“Pero esas verificaciones serán conducidas por panelistas independientes y no por los agregados laborales”, según garantizó el funcionario estadunidense.

Tras dar a conocer el texto, el diplomático mexicano se dijo “muy satisfecho” por la comunicación oficial, pues esto es “perfectamente clarificatorio” de que se respetará la adenda del T-MEC y que el mecanismo de resolución de controversias será vía paneles.

Confirmó que, como publicó EL UNIVERSAL, México establecerá su propia línea directa o hotline para recepción de quejas de trabajadores nacionales en ese país y que se reforzarán las tareas de los consulados mexicanos para atender a los connacionales.

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