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Pese a que aún no existe una propuesta oficial por parte de Estados Unidos (EU) para incrementar la regla de origen para autos en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), elevar el contenido regional de 62.5% a cualquier otro porcentaje tomaría años.

Juan Francisco Torres-Landa, socio director del despacho de abogados Hogan Lovells, manifestó que se tiene que analizar con mucho cuidado cualquier porcentaje propuesto para no crear una distorsión en la competitividad de la industria automotriz en la zona.

“Es un tema puntiagudo por las implicaciones que tiene en la cadena de valor y de suministro”.

“Por los costos de manufactura, no es tan sencillo, ni se puede hacer de manera rápida. La industria automotriz tiene certificados a sus proveedores por los próximos dos años o más”, indicó.

Para incrementar el contenido regional en los vehículos se tendrían que sustituir componentes que se importan de otras regiones, especialmente Asia.

“Hay que identificar cuáles son los insumos que te dan ese otro 37.5% que no es originario del TLCAN y
ver qué tan rápido los puedes trasladar porque si no generas un problema”, agregó.

De acuerdo con la Industria Nacional de Autopartes (INA), el año pasado, México, Estados Unidos y Canadá importaron 30 mil millones de dólares en componentes provenientes de China, 21 mil 800 millones en dispositivos de Japón, y 12 mil 297 millones de Corea.

La mayor parte de estas importaciones de autopartes son componentes electrónicos.

Pero fabricarlos en la región no es tan sencillo.

“Vamos a suponer que la calidad no es un tema, pero ¿cuál va a ser el costo de producción? Porque si el costo de producción es más alto te sales del mercado y entonces no tiene sentido fabricar esos componentes en Norteamérica”, externó Torres-Landa.

Hogan Lovells destacó que en la industria automotriz se cuidan mucho los costos porque los márgenes de ganancia de los fabricantes de componentes son pequeños y se le puesta al volumen.

“Las armadoras son empresas que diseñan autos y las especificaciones de cada pieza, pero en realidad, el auto se compone de piezas de miles de proveedores y se escoge a los que puedan hacerlo en tiempo, con buena calidad y a buen precio”, indicó el analista.

También se ha especulado que Estados Unidos pediría un contenido estadounidense en los autos de 35% a 40%, lo cual va contra los principios de reciprocidad del TLCAN.

“Me parece ofensivo que Estados Unidos quiera que se agregue más contenido de Estados Unidos porque eso va contra la reciprocidad y equidad del acuerdo”, apuntó Torres-Landa.

Sustituir a los proveedores de la industria automotriz no es cosa fácil porque desde que se comenzó a aplicar el sistema de manufactura de Toyota en la industria, las armadoras se manejan con muy poco inventario y los modelos se van fabricando prácticamente como se van ordenando en el piso de venta.

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