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Como resultado de campañas equivocadas y políticas que culpan al consumo de azúcar de la obesidad y la diabetes , en lugar de implementar políticas públicas claras y con enfoques multisectoriales, se espera que en el 2018 caiga en 5% la ingesta de dicho endulzante , advirtió la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera (CNIAA).

El presidente ejecutivo de la Cámara, Humberto Jasso Torres , rechazó que el azúcar de caña sea responsable de la obesidad , cuando lejos de dar un enfoque multisectorial para atender ese problema de salud pública se ha satanizado la ingesta de ese producto, lo que se traduce en que se dejarán de consumir 200 mil toneladas, de una producción nacional de seis millones, que representa “decenas de millones de pesos” que deja de percibir ese sector que da empleos directos a 486 mil personas.

En conferencia de prensa, expuso que buscan reunirse con el equipo del presidente electo Andrés Manuel López Obrador para plantearle la problemática que representa para ese sector “los ataques simplistas” que se generan de los gobiernos y organizaciones nacionales e internacionales, cuando “no hay una sola evidencia científica que si se quita el azúcar de los alimentos, se resolverá el problema de la obesidad, por lo que es injusto atacar diciendo que ese producto es el responsable, cuando no lo es”.

Jasso Torres subrayó que “preocupa esa tendencia, por lo que le diremos al nuevo gobierno los lineamientos claros y que no sean simplistas y que no se responsabilice al sector de los daños, cuando no se está haciendo algo que realmente resuelva el problema de salud”.

Resaltó que aunque debido a los contratos ley no habría afectaciones de pérdida de empleos para el sector que involucra, entre otros, a 35 mil 411 trabajadores de fábrica, así como a 190 mil 792 abastecedores de caña que emplean, estos últimos, a 160 mil jornaleros, 68 mil cortadores y 31 mil transportistas que operan en 51 ingenios de 258 municipios de 15 estados de la República.

Expuso que al bajar el contenido de azúcar, no necesariamente se reduce el calórico del producto , sino que en ocasiones puede incrementarse, lo cual puede constituir un engaño al consumidor. Además de que en el etiquetado no se indica claramente al consumidor sobre los endulzantes artificiales que se utilizan y sus potenciales riesgos para niños y mujeres embarazadas.

Jasso destacó que edulcorantes procesados químicamente como el jarabe de maíz de alta fructuosa aparecieron en el mercado hace 30 años y su crecimiento ha coincidido

con el incremento en el deterioro de los índices de salud relacionados con la obesidad.

Ante la problemática que representa “ese estigma con el que nos han bombardeado y que lleven al extremo el ataque contra el azúcar como ingrediente”, dijo que los integrantes de la CNIAA, pretenden una reunión formal con los miembros del próximo gobierno para que se tenga un contacto legal con todos los eslabones del sector y se trabaje para atender ese fenómeno, así como otros asuntos que tienen que ver con esa industria tan importante para los mexicanos.

ed

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