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La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) avaló la necesidad de contar con un “buen” sistema tributario que se caracterice por ser eficiente, sencillo, flexible, justo y con responsabilidad política.

Destacó que además de tener efectos recaudatorios y, ser un determinante de las finanzas públicas, el sistema impositivo incide sobre el ingreso y gasto de los hogares.

En el informe que entregó al Congreso de la Unión, Distribución del pago de impuestos y recepción del gasto público por deciles de hogares y personas, informó que esperará los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares ENIGH que elaborará el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el segundo semestre de 2019, para actualizar sus datos.

De esta manera, la Secretaría de Hacienda presentará el nuevo estudio en marzo de 2020.

Sin embargo, se reconoce que los resultados no han cambiado desde hace 19 años, cuando la SHCP inició por primera vez una serie de estudios enfocados a evaluar el impacto redistributivo de la política fiscal en su conjunto.

En ellos se ha encontrado que el pago de impuestos es mayor para deciles de ingresos más altos y la incidencia del gasto social es mayor en los deciles de menores ingresos.

Es decir que la población que tiene más ingresos es la que más contribuye al presupuesto federal a través de los gravámenes, y los que más se benefician con la distribución de los ingresos tributarios son quienes menos tienen, por medio de subsidios, transferencias o mayor gasto en salud y educación pública.

Pagan más impuestos. A pesar de que el documento contiene datos a 2016 y no está actualizado, la SHCP cumplió con ponerlo a consideración de legisladores de las Comisiones de Hacienda y Crédito Público de las cámaras de diputados y de senadores, así como de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara Baja.

Se señala que la carga fiscal es el verdadero peso económico de un impuesto y se define como la variación en la renta real como efecto del pago de impuestos y una forma de medir estas variaciones consiste en saber qué proporción del ingreso se destina al pago de impuestos.

En el caso del Impuesto Sobre la Renta (ISR) total considerando los deciles de hogares ajustados por formalidad, la carga fiscal se ubica en hogares de mayores ingresos, con 83.1% de la recaudación proviene de los últimos dos deciles de ingreso.

También la incidencia del pago del ISR se incrementa de forma monótona conforme sube el ingreso, lo que ilustra la progresividad de este impuesto, pondera el informe.

Para el pago del IVA, la mayor parte de la recaudación proviene de los más altos ingresos; 61.2% proviene de 30% de los hogares y 67.7% proviene de 30% de las personas con mayores ingresos.

El 30% de hogares de altos ingresos aportó 63.5% de recaudación del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) petrolero.

Con los recursos recaudados, las transferencias monetarias en materia de Desarrollo Social son las más progresivas, es decir, se concentran en la población de menos recursos.

Se mencionan a los programas como Prospera Programa de Inclusión Social, Tarjeta Sin Hambre (Alimentario), y el Programa de Empleo Temporal.

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