El balance de riesgos con respecto a la trayectoria prevista para la en el horizonte de pronóstico se ha vuelto a deteriorar y se mantiene al alza, reconoció el Banco de México ( ).

Lo anterior sugiere que la inflación todavía no alcanza su pico, advirtió, según la Minuta número 89 que dio a conocer con el detalle de la última reunión del 2021 con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el 16 de diciembre del año pasado.

Así lo expresaron en lo general y en lo particular los cinco miembros de junta de gobierno del Banco Central durante la reunión en la que se contó con la participación de funcionarios de la secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

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Uno apuntó que todos los componentes del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), muestran claras tendencias al alza, lo que sugiere que todavía no se ha alcanzado el pico.

Algunos resaltaron que diversos indicadores de la inflación como el de media truncada y la inflación fundamental apuntan a una fuerte tendencia al alza.

Uno agregó que el indicador de media trucada de la inflación general fue de 5.75%, su nivel más alto en una serie calculada desde 2003.

La mayoría indicó que, debido a la profunda integración económica con Estados Unidos , la mayor inflación en este país ha contribuido al repunte de la inflación en México.

La mayoría mencionó que los precios de las mercancías han reaccionado al incremento de los precios internacionales y a las disrupciones de los procesos productivos.

Otro expresó que los analistas no esperan que la inflación se reduzca tan rápido como lo prevé el Banco Central y que hay una discrepancia significativa con respecto al ritmo de reducción del componente subyacente.

Señaló que es preocupante el incremento de las expectativas de inflación general de mediano plazo, las cuales se ubican en 3.68% a pesar de que las correspondientes a los próximos dos años se encuentran en 3.5%.

Apuntó que esto indica que existen dudas acerca de la convergencia de la inflación a la meta en el mediano plazo.

Uno afirmó que, de no atenderse el deterioro de las expectativas de mediano plazo, se podrían contaminar las de largo plazo.

Algunos advirtieron que el desanclaje de las expectativas de inflación es uno de los retos más importantes que enfrenta la política monetaria.

Otro notó que el debate sobre la transitoriedad de las presiones ha quedado atrás ante el cúmulo de choques inflacionarios que perdurarán por más tiempo y cuyos efectos trascenderán a la pandemia. Opinó que la elevada compensación por inflación implícita en los bonos de mediano y largo plazos refleja que los inversionistas perciben una mayor permanencia de las presiones inflacionarias

Un miembro señaló que la pandemia sigue siendo el principal riesgo para la actividad. Agregó que la nueva variante del virus podría suponer un retroceso para la recuperación.

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vcr/rdmd

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