El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) inicia su vigencia con menores alcances que el TLCAN, ya que sólo será por 15 años, aunque podrá extenderse, y con un acotado sistema de controversias al solo incluir unos cuantos sectores.

Especialistas y exnegociadores opinan lo que se logró en el T-MEC fue un logro, debido a que en algún momento estaba latente la amenaza por parte del presidente estadounidense Donald Trump de no tener un acuerdo comercial.

La titular de la Secretaría de Economía, Graciela Márquez, y la subsecretaria de Comercio Exterior, Luz María de la Mora, aseguraron que la entrada en vigor del T-MEC es un momento histórico porque será una herramienta para la recuperación económica mexicana, además de ser un instrumento más incluyente y progresista, por lo que afirmaron que lo promoverán para sacarle provecho.

Sin embargo, el economista en jefe de la Amcham, Luis Foncerrada, consideró que no será la fórmula mágica para atraer inversiones o para darle crecimiento a México porque se requieren de trabajo complementario como crear un ambiente propicio para la inversión y generación de empleos.

El presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Enoch Castellanos, coincide en que el T-MEC “no será la panacea para la atracción de inversiones que quiere vender el gobierno federal”.

Expuso como ejemplo que no habrá la misma cobertura de protección. Estados Unidos luchó para promover que los capitales de sus inversionistas se queden en ese país y se desincentive la llegada de recursos a México.

Novedades del acuerdo

Es un tratado que tiene más restricciones, porque hay que cumplir con el contenido regional del sector automotriz, mientras que en el acero hay un mayor porcentaje de componentes con respecto a lo que tenía TLCAN, lo que no será fácil de cumplir y es un aspecto para ver con cautela.

La novedad del T-MEC es que habrá mucho más vigilancia y sanciones por incumplimiento, dijeron a EL UNIVERSAL el presidente entrante de la International Chamber of Commerce (ICC) de México, Claus Von Wobeser, el exjefe del equipo negociador del acuerdo durante la gestión de Enrique Peña Nieto y socio de AGON, Kenneth Smith Ramos.

A partir de ste miércoles 1 de julio, el T-MEC sustituye al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), lo que es bueno porque se mantiene la apuesta al comercio exterior y se establece un contenido regional más alto; sin embargo, sus alcances son menores, dice Von Wobeser.

El T-MEC tendrá una duración de sólo 15 años, por eso “me gustaba más el TLCAN por su periodo indefinido, pero (en este nuevo acuerdo) si las partes están de acuerdo seguirán con el tratado”, lo que deben definir un año antes de que expire, lo que es bueno porque el comercio exterior cada vez nos integra más.

Comentó que como en todo, este nuevo acuerdo comercial tiene pros y contras, porque si bien habrá un mayor grado de integración con el T-MEC en el sector automotriz, también limitara algunas sociedades con las partes europeas.

“Una desventaja para las empresas americanas es que ya no hay la misma protección que hay en el tratado anterior, en la mayoría de los sectores tenían acceso al mecanismos de arbitraje. Hoy no existen en el T-MEC, sólo se cubre a energía, hidrocarburos, infraestructura y transporte en forma limitada”, expuso.

De entrada, recuerda Smith Ramos, el gobierno estadounidense se negó a tener un mecanismo para proteger las inversiones entre inversionista-Estado “porque tenían una visión corta, pues representaba un incentivo para que se invirtiera en México y no en Estados Unidos”.

Por eso se llegó al acuerdo de tener un capítulo de solución de controversias solamente en los sectores en los que tradicionalmente había potencial de problemas, entonces se dejó fuera a aquellos que no tenían historial de casos como en aeroespacial o electrodomésticos y dejaron a telecomunicaciones, energía e infraestructura. “Ahí se concentra el potencial”.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses