Para amortiguar el golpe del alza de precios por la , es preferible dar apoyos focalizados y permitir que los precios internos se ajusten en función del ámbito global, consideró el Fondo Monetario Internacional ( FMI ).

Con ello, los gobiernos de (ALyC), podrían garantizar la cohesión social y reducir el riesgo de tensión social, estableció.

En un artículo publicado en el blog del FMI titulado “América Latina enfrenta riesgos inusitadamente altos”, afirmó que esto ayudaría a los grupos vulnerables y contendría los costos fiscales .

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Además, se incentivaría la producción y moderaría el consumo, se indica en el texto preparado por Ilan Goldfajn, Jorge Roldós y Santiago Acosta- Ormaechea, director adjunto y economista principal del Hemisferio Occidental del Fondo, respectivamente.

Se pone de manifiesto que en los países con redes de protección social desarrolladas podrían extender su acceso para incluir de forma temporal a grupos más amplios de la población.

Deberían proporcionar apoyo focalizado y temporal a los hogares vulnerables y de bajo ingreso, y dejar que los precios internos se ajusten en función de los precios internacionales, recomendó en respuesta al alza de los precios de alimentos y energía.

También será importante que adopten estrategias centradas en una consolidación inclusiva, como por ejemplo, el gasto en programas sociales, salud, educación e inversión pública debe protegerse, al tiempo que se implementan reformas tributarias como el aumento de los impuestos sobre la renta de las personas físicas.

Esto apuntalará el crecimiento inclusivo y ayudará a los países a mantener la sostenibilidad fiscal, afirmó.

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Refirió que desde que estalló la guerra, varios países de la región han actuado para contener los efectos del aumento de los precios en los grupos vulnerables, con medidas que van desde la reducción de impuestos y aranceles de importación hasta límites de precios o transferencias sociales.

Cerca del 40% de los países han introducido nuevas medidas, sobre todo por el lado de los impuestos, con un costo fiscal medio estimado equivalente al 0.3% del producto interno bruto (PIB) de este año, ponderó.

Lo anterior, debido a que la pobreza y la desigualdad siguen siendo preocupaciones importantes, dado el impacto desigual del aumento de la inflación sobre la población.

Hizo ver que los grupos más vulnerables en la región son los más golpeados por la subida de precios de los alimentos básicos y la energía, al tiempo que siguen luchando para recuperarse del impacto económico de la pandemia.

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vcr/rdmd

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