En el año 2015, un total de 193 países, incluido México, firmaron la Agenda 2030 del Desarrollo Sostenible. Esta agenda se compone de un marco de acción que comprende 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), con la finalidad de alinear los planes de desarrollo de las diversas naciones firmantes, en concordancia con una estrategia que pretende atacar problemáticas que se prevén como frenos importantes en el desarrollo de las naciones en los próximos años.

Uno de los principales objetivos de la Agenda 2030 del Desarrollo Sostenible es ofrecer líneas comunes de acción que trasciendan administraciones nacionales para mejorar la calidad de vida y el cuidado del medio ambiente.

Los 17 ODS, que a su vez se componen de 169 metas transversales para su consecución integral, se enmarcan en las tres dimensiones del desarrollo: social, económica y ambiental. Los ODS tratan temas sensibles para nuestro país que se en enmarcan no sólo en el reconocimiento de México ante su responsabilidad global, sino como parte activa de sus problemas estructurales. Entre los más relevantes, están metas como erradicar la pobreza, lograr educación de calidad, alcanzar la igualdad de género, lograr una transición en energía asequible y no contaminante y reducir la desigualdad.

En el caso de la Administración Pública Federal, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público diseñó la inclusión y alineamiento del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 con la Agenda 2030, con el objetivo de sistematizar la adherencia de la visión de desarrollo y el ejercicio del presupuesto público para lograr los ODS y así mantener un ritmo de desarrollo social, económico y ambiental en línea con otros países.

La metodología para su adecuación se presenta en una alineación vertical que inicia con la Agenda 2030, para después vincularse con el Plan Nacional de Desarrollo y posteriormente con el análisis, evaluación e impacto que los diversos Programas Presupuestales tienen en el avance de los ODS.

En el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2018 se identifica que dos terceras partes de los ramos en los que se divide el gasto federal presenta una vinculación de 80% de sus programas presupuestales con al menos un ODS. Adicionalmente, se concluye que para 2018 el ODS 16 Paz, justicia e instituciones sólidas, es el objetivo que tiene el mayor número de programas presupuestales alineados con un total de 173, mientras que el ODS 6 Agua limpia y saneamiento, es el que menor número tiene con únicamente 13.

No obstante, en los niveles de acción presupuestal subnacionales no existe un diagnóstico claro de los mecanismos de adherencia de las estrategias presupuestales con los ODS. Colima representa un ejemplo de buenas prácticas estatales porque su modelo liga a la Universidad de Colima con diversos actores para realizar estudios, proyectos y propuestas encaminadas a implementar la Agenda 2030.

En este sentido, la entidad ha generado una visión prospectiva a largo plazo orientada a apuntalar estrategias y acciones concretas para mejorar la calidad de vida, entendida en la salud integral, la educación con principios y valores, la formación para el emprendimiento y la innovación, el acceso al empleo formal y bien remunerado, el acceso a servicios básicos de calidad, la cultura, el deporte y la recreación para todos, la seguridad ciudadana, la igualdad de oportunidades y el desarrollo económico sostenible.

El gobierno federal ha generado la Plataforma de Indicadores de los Objetivos del Desarrollo Sustentable, en donde se pueden consultar nuestros avances en la Agenda 2030. En el caso del ODS 1 Fin de la pobreza, reporta el porcentaje de población pobre a nivel federal es de 53.2%. Esta estrategia de seguimiento de la Agenda 2030 nos brinda transparencia en el avance de temas, como la evolución de la pobreza, que son importantes para toda la sociedad.

Es imperativo transformar el paradigma de desarrollo actual en uno que nos lleve por la vía del desarrollo sostenible, inclusivo y con visión de largo plazo regional, nacional y mundial. Esto debe empezar a lo largo y ancho de todos los estados de la República Mexicana. Para este efecto, es fundamental garantizar una alineación de los planes nacionales y estatales con la Agenda 2030. La agenda debe permear como una estrategia integral de Estado, así como un modelo de acción básico para la iniciativa privada y la población en general, que trascienda cualquier Administración Gubernamental, sin considerar connotaciones partidistas, en aras de mejorar la calidad de vida de la sociedad mexicana.

Vicepresidente de Consultores Internacionales

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