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España es el gran socio comercial europeo, y por ello el cambio político tras el 1 de julio se sigue con especial atención desde sus empresas.

En 2017, las inversiones directas de firmas españolas en México marcaron un récord y, según el Ministerio de Industria, alcanzaron 5 mil millones de euros. Los réditos también fueron altos, puesto que la suma de beneficios llegó a 19 mil millones.

Estas compañías están ahora pendientes de la política económica de Andrés Manuel López Obrador y sus promesas electorales de dar preferencia a las empresas mexicanas frente a las internacionales.

La incertidumbre afecta en especial a los bancos, que tienen un stock de inversión en México de 130 mil millones. El banco, que controla Bancomer (responsable de más del 40% de sus beneficios), es el que más expuesto se ve.

Hace dos meses, el presidente del banco, Francisco González, declaró en un evento de BBVA Bancomer: “Si quien ocupa la presidencia es una persona con visión más del pasado, populista, pensando que se pueden prometer muchas cosas que luego no se van a poder entregar, esto sería un setback, una vuelta atrás”.

Este mes, el banco anunció cambios en su ejecutiva en México que el diario El Economista relaciona con un gesto hacia López Obrador. La entidad propuso como presidente del consejo de administración de Bancomer a Jaime Serra, supuestamente más cercano a AMLO y el principal negociador por México del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Mientras, Ana Botín, presidenta del Banco Santander (con una cuota de mercado en México de 13%), ha declarado que “trabajará con cualquier gobierno democrático”. El Banco Sabadell, con 10% de ganancias de México, asegura que seguirá apostando por crecer en el país.

Los analistas parten de la idea de que nada va a cambiar en el corto plazo. La preocupación es que, tras las elecciones estadounidenses de noviembre, se relancen las negociaciones del TLCAN en condiciones desfavorables para México. “El futuro de las empresas depende más de la guerra comercial y de los aranceles que de las medidas internas”, explicó a Cotizalia Gonzalo Lardíes, gestor de A&G Banca Privada.

Sector energético. Las firmas energéticas son las segundas por stock de inversión y hacen grandes inversiones, pero les preocupan las promesas de AMLO de revertir la reforma energética congelar la inversión privada, y revisar contratos peteroleros firmados por el actual gobierno.

Algunas empresas que están atentas a los cambios políticos que puedan afectar a la economía son la petrolera Cepsa, la cual se adjudicó tres bloques exploratorios; la eléctrica Iberdrola, primer generador privado en México, con grandes inversiones comprometidas, y Repsol, con ambicioso plan de gasolineras.

El sector turístico sí está especialmente pendiente de la evolución política. Las amenazas de paralizar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México implican a grandes constructoras y aerolíneas.

Acciona y FCC (propiedad ahora de Carlos Slim) se adjudicaron en consorcio el principal contrato del aeropuerto, con inversión de 3 mil 900 millones. No son las únicas. ACS, la constructora de Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, tiene en México su sexto mercado. OHL redujo su presencia con la venta de OHL Concesiones, pero sigue ejecutando autopistas. Sacyr también gestiona autopistas y construye hospitales y carreteras.

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