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El empresario mexicano Carlos Slim quedó fuera de la licitación para la construcción del Centro Intermodal de Transporte Terrestre del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), porque en su propuesta técnica no acreditó el capital mínimo de trabajo.

La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) adjudicó el contrato para esta obra, calificada como el “otro corazón” de la nueva terminal aérea, a la empresa italiana Astaldi en participación conjunta con ProcMina. El consorcio realizó la oferta más económica equivalente a 6 mil 498 millones 409.9 mil pesos, 2 mil millones menos que la oferta más alta, presentada por Promotora y Desarrolladora Mexicana, la cual fue en conjunto con Acciona Infraestructura.

De acuerdo con las bases de licitación, el centro permitirá el acceso a pasajeros, visitantes y trabajadores que lleguen a la terminal aérea en cualquier modo de transporte.

En el proceso participaron 10 grupos de empresas, pero seis fueron desechadas por presentar documentación falsa y no acreditar —en la propuesta técnica— con el capital mínimo de trabajo, como fue el caso de la empresa del empresario Carlos Slim, Cicsa, que se asoció con ICA, pero que no llegó a la recta final.

Astaldi, según su portal de internet, es considerado el grupo de construcción internacional líder en Italia y está entre los 100 mejores contratistas internacionales. El Centro Intermodal de Transporte Terrestre del NAIM consiste en la construcción de un complejo de cuatro niveles en 81 mil 640 metros cuadrados, que albergará cajones de estacionamiento, operaciones de autobús, estación de Metrobús, alquiler de autos y áreas comerciales. Estará ubicado al sur del edificio terminal y sus cuatro niveles se integrarán en una estructura arquitectónica con aspecto monolítico; se estima que esta infraestructura empleará alrededor de 14 mil 600 toneladas de acero y 74 mil 110 metros cúbicos de concreto.

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