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A pesar de la caída de 9% en ventas de autos durante los primeros cinco meses del año, las marcas de lujo no han resentido la menor demanda por vehículos nuevos.

De enero a mayo, las ventas de BMW crecieron 20%; Mercedes Benz, 7%; Jaguar, 76%; Land Rover, 188%; Lincoln, 29%; Mini, 7.4%; Smart, 14%; Subaru, 5.5%; Infiniti, 4.5%, y Audi, 2.7%, de acuerdo con cifras de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).

Gerardo San Román, gerente para Latinoamérica de JATO Dynamics, dijo que este crecimiento está apuntalado por esquemas de financiamiento más flexibles, porque las marcas de lujo tienen el respaldo de sus financieras de marca y se pueden ajustar a mensualidades más bajas o plazos más largos para los consumidores.

“El 70% de las ventas de este segmento son a crédito y las marcas de lujo pueden hacer trajes a la medida con una tasa subsidiada o con plazos más largos”.

“En arrendamiento están ofreciendo esquemas donde pagas 50% del valor del auto y en dos años no vuelves a pagar nada. Antes, la tendencia en el segmento premium era que el mercado se regulaba por la oferta y ahora es que el mercado se regula por la demanda de los consumidores”, explicó el directivo.

JATO también destacó que las automotrices de lujo han sido más agresivas en lanzar vehículos de entrada, es decir, sus versiones más económicas de la marca, para atraer a los nuevos consumidores.

Autos de lujo resisten al mercado
Autos de lujo resisten al mercado

Estos modelos de entrada como el X1 y X2 de BMW; el A1 de Audi; la Clase A y GLA de Mercedes Benz; el V40 y el XC40 de Volvo, así como la QX50 de Infiniti, son los que le están dando el mayor volumen de venta a las marcas de lujo.

“Es muy probable que terminemos el año con números positivos en el segmento de lujo y el despunte será gracias a la oferta de SUV pequeñas y medianas”, agregó San Román.

Crecimiento a doble dígito. Gerardo Gómez, gerente para México de J.D. Power, coincidió en que las automotrices de lujo han hecho un esfuerzo por introducir nuevos modelos de entrada, por lo que ahora por 400 mil pesos o más, en lugar de adquirir un modelo de la gama alta de marcas de volumen como Nissan o General Motors, los consumidores se pueden comprar un auto de lujo.

“El tema aspiracional de tener una marca de lujo más las facilidades que da el mercado ha mantenido el crecimiento. Desde 2015, las automotrices de lujo han crecido a doble dígito y están llegando a otros segmentos donde antes no estaban”, explicó el gerente de J.D. Power.

Las armadoras de lujo también han logrado colocar más modelos a través de la venta de flotillas a empresas.

Otro factor que hace menos vulnerables a las marcas de lujo a las caídas del mercado, es que estos vehículos sólo pueden ser adquiridos por un pequeño segmento de la población que no es tan sensible al incremento de precios, ni a la inflación en general.

De enero a abril, mientras que la venta de vehículos subcompactos y compactos, los más económicos del mercado, cayeron 18.1% y 10%, respectivamente; la comercialización de autos de lujo se incrementó 10.7%.

Inflación sin efecto. Guillermo Rosales, director general adjunto de AMDA, dijo que el segmento de la población que adquiere autos de lujo no ha visto mermado su poder adquisitivo por la inflación.

“En cambio, el segmento de la población que aspira a comprar un auto subcompacto, sí ha visto mermado su poder adquisitivo por la inflación y ahora tiene menos dinero para la mensualidad de un auto nuevo”.

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