En México la estrategia para combatir la pobreza y la desigualdad se limita a otorgar transferencias económicas a los marginados, para traducirlos en ganancias electorales, dijo el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar Lomelín.

En general, afirmó, lo que se observa en el país es que el “combate a la pobreza se reduce a las transferencias de recursos, pero no estamos hablando más allá de esta transferencia, en una inversión en infraestructura”.

Durante la videoconferencia titulada ‘Primera infancia, una apuesta por nuestro futuro’, el presidente del organismo cúpula afirmó que hay que convencer a la sociedad de invertir en el desarrollo de los niños, porque eso hará una enorme diferencia.

Se requieren políticas públicas que promuevan una educación adecuada, guarderías públicas y privadas para que los padres trabajen, licencias de paternidad y maternidad, entre otros aspectos que preparen a los niños.

Deben considerarse políticas de inclusión, afirmó Salazar Lomelín, así como reconocer “el derecho de la niñez a tener capacidades, la alimentación y la educación que pueda prepararlos”.

El asesor económico para el sector social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Norbert Schady, afirmó que los gobiernos buscan acciones para demostrar resultados inmediatos

Para Schady, los retornos de las políticas de apoyo arrojan resultados en el largo plazo, pero “los gobiernos no tienen esa perspectiva y, aun cuando pueden invertir en primera infancia, prefieren hacerlo en infraestructura”.

En el evento se explicó que 6 millones de niños viven en pobreza en el país y no tienen acceso a servicios de seguridad social, en tanto que 3 millones no cuentan con cobertura de salud, y 2 millones no pudieron tener educación preescolar.

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