En México hay 2.2 millones de personas de 15 años y más ocupadas en trabajo doméstico remunerado , de los cuales 1.9 millones son mujeres (88%), ocupadas en su mayor parte de manera informal, sin prestaciones laborales y sin acceso a servicios de salud, informó el Inegi a propósito del Día Internacional del que se celebra cada 22 de julio.

El trabajo doméstico remunerado es una ocupación predominantemente femenina : 1.9 millones de mujeres de 15 y más años ocupan 88% de los puestos de trabajo en esta ocupación, mientras que los hombres cubren el restante 12% de las plazas laborales en esta ocupación.

Dentro del trabajo doméstico remunerado se incluyen las siguientes ocupaciones: empleados y cocineros domésticos; cuidadores de niños, personas ancianas o enfermas en casas particulares; jardineros, lavanderos y planchadores domésticos; choferes, vigilantes y porteros en casas particulares.

Históricamente, el trabajo doméstico remunerado es una de las ocupaciones con mayor proporción de empleo informal . Se estima que 96% (dos millones) de las personas ocupadas en trabajo doméstico remunerado pertenecen al sector informal. De ellas, nueve de cada 10 son asalariados informales; 3% son trabajadores informales por cuenta propia y 0.7% son trabajadores informales con percepciones no salariales, de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo al primer trimestre.

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La falta de acceso a prestaciones laborales es una característica de la informalidad del trabajo doméstico remunerado. El 70% de las personas que realizan dicha labor no cuentan con prestaciones laborales, 25% no tiene acceso a servicios de instituciones de salud, pero tienen otras prestaciones, 4% tiene acceso a servicios de salud y otras prestaciones y 1% cuenta con acceso a servicios de salud.

Una característica del trabajo doméstico remunerado es que en su mayoría no ofrece la prestación de acceso a servicios de salud, acentuado en el caso de las labores donde predominan las mujeres ocupadas.

Únicamente 3% de las mujeres que realizan esta, cuentan con acceso a servicios de salud como prestación laboral. Por su parte, 16% de los hombres declararon contar con acceso a servicios de salud como prestación laboral.

Otro aspecto que caracteriza la informalidad del trabajo doméstico remunerado es la falta de contrato formal de las personas ocupadas. Dos de cada 100 cuentan con contrato por escrito.

Esta situación está aún más presente en ocupaciones con mayoría femenina, como empleadas domésticas y cuidadoras de personas donde únicamente 1% tienen contrato por escrito, en tanto que las ocupaciones donde predominan los hombres tienen mayores porcentajes de personas ocupadas con contrato por escrito: 13% para jardineros y 16% para personal de vigilancia.

Las mujeres ocupadas en el trabajo doméstico remunerado perciben ingresos mensuales promedio de 3 mil 200 pesos, mil pesos menos que los hombres que ganan en promedio 4 mil 200 pesos. Esto se relaciona con que las ocupaciones donde predominan los hombres como la jardinería, vigilantes y choferes, tienen en promedio mayores ingresos mensuales.

vcr/lsm

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