Brasil subió su principal tasa de interés por tercera vez consecutiva y ahora supera a la de México, lo que restará atractivo a las inversiones en el mercado nacional y tendrá consecuencias en el tipo de cambio.

Como se esperaba, el Banco Central de Brasil elevó ayer su tipo de interés referencial de 3.50% a 4.25%, y se trata de su nivel más alto desde marzo de 2020, cuando inició la pandemia de Covid-19 y emprendió un agresivo ciclo de bajas que terminó en agosto pasado, con el objetivo en 2%.

La tasa se mantuvo en ese nivel hasta marzo pasado, cuando Brasil sorprendió a los participantes del mercado aumentándola de 2% a 2.75%, convirtiéndose en la primera nación del G-20 en incrementar su tasa de referencia durante 2021.

A principios del mes pasado, la economía más grande de América Latina volvió a subir su tasa de 2.75% a 3.50%, mientras que ayer anunció un tercer incremento a 4.25%.

Con esto, la tasa brasileña supera en un cuarto de punto a su contraparte mexicana, la cual se mantiene en 4% desde febrero pasado, siendo la primera vez que la rebasa desde diciembre de 2017.

Mientras la mayoría de analistas descartan que el Banco de México (Banxico) suba su tasa en lo que resta de 2021, anticipan que su similar en Brasil eleve la suya a 5.25% en agosto, cuando está programa la siguiente reunión, y calculan dos alzas más, para terminar el año en 6.75%.

De confirmarse estas proyecciones, la tasa brasileña alcanzará su mayor nivel desde marzo de 2018 y se alejará todavía más de la mexicana.

“El hecho de que la tasa de interés en Brasil supere a la mexicana implica que los bonos emitidos en México van a perder competitividad con respecto a los brasileños”, opina Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics.

“Evidentemente, los movimientos dependen del riesgo país de cada nación, pero no creo que México tenga menor riesgo que Brasil. Al menos en Brasil están impulsando medidas de política económica para continuar mitigando el impacto de la pandemia sobre el bienestar de la población, pero en México no están haciendo nada al respecto”, agrega.

Mientras al cierre de 2020 la deuda del gobierno mexicano en manos de inversionistas extranjeros llegó a un total de 94 mil 986 millones de dólares, para el 7 de junio de este año se ubicó en 89 mil 944 millones de dólares, lo que significa una salida de más de 5 mil millones en lo que va de 2021, de acuerdo con información de Banxico.

“Con la mayor tasa, el país sudamericano atraerá más capitales a su mercado de bonos, pues algunos inversionistas van a preferir salirse del mercado mexicano para irse al brasileño, o los que estaban evaluando colocarse en México, pueden preferir mejor a Brasil”, explica Coutiño.

Desde su punto de vista, esto puede tener repercusiones en el tipo de cambio, debido a que habrá una discrepancia entre la demanda y oferta de dólares, lo que implica pérdidas para el peso mexicano.

“Si la depreciación es permanente, pues esos capitales no regresarán en el corto plazo; habrá un efecto de traspaso cambiario a la inflación, lo que dificultará todavía más el regreso de la inflación a 3% para el próximo año, como espera Banxico”, expone el directivo de la unidad de análisis de la agencia Moody’s.

La inflación en México llegó a 5.9% en mayo, su segundo registro más alto desde diciembre de 2017, mientras que en Brasil alcanzó un nivel de 8.1% y fue su mayor tasa desde septiembre de 2016.

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