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El Banco de México (Banxico) estableció que para 2019 la inflación alcanzaría su nivel objetivo de 3%, no obstante ha reconocido que el aumento de los precios de los energéticos y la depreciación del peso frente al dólar han incrementado el riesgo y su objetivo tendrá un ritmo más lento, y para cumplir con su mandato constitucional de contener el aumento de precios, tendría que realizar un nuevo ajuste en la tasa de interés, ubicada en niveles similares a los de la crisis de 2009. Sin embargo, hacerlo puede afectar el crecimiento del PIB.

Las razones de Banxico. La herramienta de Banxico para controlar la inflación es subir o bajar la tasa de interés de referencia, es decir, establece un precio para el dinero que presta y una referencia para el costo de los créditos de la banca privada. Cuanto más bajas son las tasas, más baratos son los créditos y se incentiva el consumo.

Por el contrario, cuando las tasas suben, el dinero es más caro y la gente consume menos, pero se fomenta el ahorro. Así, los precios se mantienen o bajan, y con ello, la inflación.

Este instrumento de política monetaria ha sido utilizado por el banco central en varias ocasiones en los últimos años, especialmente desde que los precios de los combustibles aumentaron 20% en enero de 2017 con la liberalización de las gasolinas. En junio de 2014 la tasa de interés era de 3% y a la fecha Banxico la ha aumentado hasta 7.75%, el nivel más alto desde 2009, año de la crisis mundial, por lo que seguir elevando las tasas implica forzar más una reducción del consumo en el país, y se pone en peligro el crecimiento económico.

“El indicador de los precios a productores, es decir la inflación que enfrentan las empresas, ya se puede ver una tendencia a la alza, si bien es una tendencia moderada ya es muy claro que las empresas sufren una presión inflacionaria sobre todo por los energéticos y las importaciones de insumos intermedios que se han encarecido por la depreciación del peso”, advirtió José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (Idic).

Durante la primera quincena de junio la inflación aumentó 0.13% alcanzando 4.54%, además las desaceleración en las últimas quincenas ha disminuido su velocidad, por lo que el especialista explicó que aumentar la tasa de interés implicaría un encarecimiento de los créditos, lo cual puede desacelerar el consumo y mermar la tasa de crecimiento.

Señales de desaceleración. “Hay señales de una desaceleración económica, particularmente en la parte industrial, la que más depende de energéticos y de importaciones, por lo que esa desaceleración puede impulsar nuevas alzas en la tasa de interés, e incidir en uen menor crecimiento. Si esto persiste podría propiciar que la economía tenga mayores dificultades para crecer por arriba del 2%”, advirtió de la Cruz.

Marco Oviedo, jefe para América Latina de Barclays, dijo que el tipo de cambio es lo que más ha presionado a la inflación, por lo que “creemos que mientras el tipo de cambio se siga depreciando o se estabilice vamos a ver si tenemos alzas o se mantienen las tasas estables”, destacó.

“La inflación va aumentar en lo que resta del año, (…) o a lo mejor puede haber un estancamiento, pero hace falta ver cómo se comportan los mercados internacionales y el tipo de cambio, lo que sí es que no creemos que alcance el objetivo del Banco de México”, opina Alejandro Salcedo Pacheco, presidente de la Asociación Latinoamericana de Micros, Pequeños y Medianos Empresarios.

Aunque después de conocerse la victoria electoral de Andrés Manuel López Obrador, el tipo de cambio ha descendido hasta 19 pesos por dólar, en las semanas anteriores alcanzó sus peores niveles en más de un año y llegó a venderse por encima de los 20 pesos. La actual “luna de miel” del tipo de cambio será pasajera, pues los analistas prevén nuevas alzas por la coyuntura internacional: la guerra comercial de Trump con varios países, el alza del petróleo y la estancada renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Alerta por caída en ventas. En mayo se sumaron 13 meses consecutivos de caídas en las ventas de autos y de acuerdo con la Asociación Mexicana de la Distribuidores de Automóviles (AMDA) estas bajas han sido provocadas por el incremento en tasas de interés y la elevada inflación.

“Tenemos que considerar algunas desaceleraciones como el sector automotriz, las ventas están teniendo bajos resultados por lo cualquier expectativa de alza en tasas de interés podría exacerbar lo que parece ser el inicio de una desaceleración”, advirtió José Luis de la Cruz.

A pesar de que para este año la Secretaría de Hacienda y Crédito Público destinará más de 98 mil millones de pesos para ‘suavizar’ el precio de las gasolinas, esto no ha podido evitar que impacte en los bolsillos de los mexicanos. El gobierno sube o baja el Impuesto Especial a Productos y Servicios (IEPS) que aplica a las gasolinas para controlar su precio. Cuando suben los precios internacionales del petróleo, reduce el impuesto para que el costo del litro no se dispare.

Para Alejandro Limón, investigador en temas energéticos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), sólo hay un camino: “para contener la inflación, Banxico tendrá que implementar las medidas necesarias, es decir incrementar su tasa de interés”, afirmó.

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