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Algunos de los principales fabricantes de autopartes del país como Nemak, Rassini y Grupo Industrial Saltillo no se han visto afectados por la imposición de aranceles al acero y aluminio que impuso Estados Unidos (EU) a partir del 1 de junio.

Nemak, fabricante de componentes estructurales de aluminio para la industria automotriz, no ha sido afectado por la imposición de los impuestos de 10% al aluminio debido a que la medida no aplica a autopartes fabricadas en este material y las plantas de Nemak en EU usa aluminio local, por lo que no hay importaciones.

Alik García, analista de Intercam, comentó que en el mediano plazo el crecimiento de la demanda de autopartes en aluminio comenzará a balancearse más hacia la necesidad de aligeramiento para alargar el rendimiento de los autos, más que hacia el requerimiento de los gobiernos para reducir los niveles de contaminantes, por lo que los productos de Nemak se seguirán vendiendo bien.

“El verdadero riesgo que percibimos es el inicio de la investigación del Departamento de Comercio de EU bajo la sección 232 de la Ley de Expansión Comercial, para determinar si la importación de autopartes y otros productos finales ponen en peligro la seguridad nacional”, dijo.

“Pensamos que ésta terminará siendo sólo una estrategia más para presionar la actual renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Y, de aplicarse, terminará siendo traspasada al consumidor final, aunque muy probablemente con alguna repercusión menor a nivel de volúmenes”.

En el caso de Grupo Industrial Saltillo (GIS), a través de su negocio Draxton México, el cual está dedicado a la fundición y mecanizado de partes para motor, suspensión y frenos de hierro gris y nodular, la empresa detalló que se trata de componentes que se fabrican con un material diferente al acero y aluminio, por lo tanto no están relacionados con la imposición de aranceles por parte de EU.

El sector autopartes de GIS representa 60% de los ingresos de la empresa, pero tiene a la chatarra como su principal insumo, el cual se rige por la oferta y demanda de la proveeduría nacional, misma que a través del proceso de fundición se integra con ferroaleaciones diferentes al acero para la fabricación de partes de repuesto.

También cuenta con una división en la construcción que fabrica calentadores para agua, ollas y cacerolas (Cinsa), los cuales no están incluidos en las fracciones arancelarias impuestas por EU. Agregó que 60% de sus ingresos en el sector de autopartes se genera en Europa y Asia, lo que reduce su exposición al TLCAN.

Al ser un conglomerado con una diversificación de ingresos a través de varios productos y mercados, también puede compensar los costos dolarizados de sus negocios y mitigar la volatilidad del peso frente al dólar.

Rassini, fabricante de sistemas de suspensión y frenos para la industria automotriz, indicó que no consume acero de Estados Unidos, sino de Canadá, y el resto es chatarra local, por lo que no existe afectación.

De acuerdo con un análisis de Monex, el impacto del arancel de 25% a las importaciones de acero y 10% al aluminio en EU será para las empresas con plantas en ese país, pues al momento de importar los materiales sus costos subirán, mientras que las empresas con plantas en México encontrarán precios de mercado.

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