Vi un video en Internet en una desvelada. Una parodia de un chico de provincia que llega la capital mexicana en busca de sus sueños. Según mi amiga Frida, porque el DF es como Los Ángeles gringos, pero en México, ja.

Eso lo entendí cuando conocí a una pelirroja que aventaba graba y huevos de confeti desde un puente en la Narvarte. Algún automovilista frenaba en una de las orillas y perseguía a la chica hasta que ella se perdía en las calles aledañas.  Un perseguidor se rindió y yo me acerqué a la bromista: su nombre era Brigitte.

Era una regiomontana que llegó al DF buscando un sueño de fama y de diversión de la mano de un amigo suyo, un oaxaqueño que puso un canal de Youtube que funcionó con creces. Una vez un maestro chiapaneco me comentó sobre el fenómeno: “las revoluciones vienen de provincia”. Y en Internet parece que se aplica !a regla.

Después de invitarle una torta le comenté a Brigitte si podía acompañarla a ese lugar donde ocurría la magia, donde según los vídeos se podía recrear en las calles de la Ciudad de México un apocalipsis zombie o una batalla entre súper héroes (con módicos precios). Ella aceptó y viajando en metro me condujo a un edificio de departamentos, a un par de pisos sobre el nivel del suelo y finalmente a la puerta donde ella entró sin tocar, algo malo pues alguien susurró desde adentro “como perro por su casa”.

Era un lugar pequeño pero acogedor. El piso estaba forrado de colchonetas para que, me explicaron, algunos de los miembros se quedaran. En el fondo estaba el director, Ronald, atento a cómo cambiar el color de un casco de construcción en edición. Brigitte me presentó, Ron dijo “¿y este qué?”, y yo le expliqué que era periodista. Sin más me dejó quedarme antes de que salieran a grabar.

En la cocina estaba una chica vestida de otaku: ¿Gummi? (Un sobrenombre) y en la recámara estaban dos chicos besándose: Edgar y Cristian,  los dos guionistas. Todos foráneos que venían a cumplir el sueño de la actuación y la dirección, tal y como en Estados Unidos los jóvenes soñadores se aventuran a Hollywood.

El lugar de grabación era un espacio libre de un edificio, el de una compañía de playeras de símbolos satánicos (¡genial!), donde conocí a todo el equipo, a Toño, Reny, Keny y Orlando, de diferentes edades entre los 15 y los 25. Iban a grabar la escena de una fiesta, e iban a recrear el encuentro entre Bruno Díaz y “Carlos Quintero” (Clark Kent). El primer diálogo era “Soy Carlos Quintero de El Universal, ¿cuál es su opinión sobre el murciélago vigilante de ciudad Neza?”. La referencia casi me explota en una carcajada.

Me acerqué a Ron y le pregunté, como otros ya lo habían hecho, ¿se puede vivir de Youtube? Él me dijo que sí, aunque no sólo del canal cómico, “nosotros también hacemos material para marcas y otros youtubers”, en un negocio que entrecruza la publicidad con la producción, una forma más compleja que sólo ponerse frente a una cámara, grabar y esperar a que llegue el dinero.

La siguiente escena era subir al tejado y vestir a uno de los chicos de El Santo. Lo amarraron de un barandal y lo colgaron desde un sexto piso para emular la escena de Civil War, de cuando el Capitán América detiene un helicóptero con la mano, “después lo agregamos lo demás por computadora”, me explica Ron. Luego, oímos un grito de auxilio porque el actor, Edgar, estaba agarrado del barandal con fuerza, repitiendo que le tenía miedo a las alturas.

La grabación terminó y regresé al departamento con ellos. Al final, tomaron cerveza e hicieron una transmisión en vivo. Le tocaba a Brigitte, quien les preguntó a los usuarios, “¿qué prefieren, que yo los muerda o que los muerda su abuelita?”, y todos dijeron que ella, casi sin excepción.

Al final los dejé. Brigitte me acompañó a la calle y se despidió, me dijo que gracias por la torta y que si me encontraba otra vez me mataría.

Lo dijo tan seria que a la fecha no sé si creerle o no.


Crédito de foto: póster de la película ‘Manhattan” de Woody Allen.

Miguel Ángel Teposteco Rodríguez. FCPyS, UNAM. Apóstol friki. Colaborador del suplemento cultural Confabulario y de Vice México.

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