Por Óscar Colorado Nates*

Alberto Díaz Gutiérrez “Korda” (La Habana 1928 – París 2001) se hizo famoso por su icónica fotografía El Guerrillero Heroico del “Che” Guevara; ya hemos hecho un . Sin embargo Korda no solamente hacía fotos del argentino.

Se inició en la fotografía durante los años cuarenta y fundó los Estudios Korda donde trabajó de 1953 a 1968. Alberto se dedicaba a la fotografía de moda con gran éxito; quiso convertirse en el  “Avedon cubano”. Sin embargo con el triunfo de la revolución cubana se convirtió desde 1959 en el fotógrafo de la nueva era cubana.

Tan pronto como Fidel llegó al poder, realizó un viaje a Caracas para agradecer a almirante Larrazabal la ayuda y armas que brindó el ejército venezolano: fue el inicio de una larga relación fotográfica entre Castro y Korda.

Desde entonces Korda capturó la imagen del Comandante Castro saludando a Hemingway, al frente de guajiros desfilando con palmas en La Habana… Una foto famosa de Korda es la que él mismo tituló “David y Goliath”, donde contrasta la figura de Fidel frente al monumento a Abraham Lincoln donde el contraste por tamaño es patente. Sin embargo, ese David sería la piedra en el zapato de los gobiernos estadounidenses.

Fidel gustaba de la pesca submarina e introdujo a Korda a este deporte. El fotógrafo terminó creando un departamento de fotografía en el Instituto Cubano de Oceanografía.

Durante la crisis de los misiles y la disputa Kennedy-Kruschev, Fidel Castro montó en cólera cuando el Premier soviético negoció directamente con su par estadounidense. Para apaciguar al comandante, Nikita lo invitó a cuba. Korda le acompañó, y el fotógrafo fue el primero en descender del avión “la gente pensó que yo era Castro, seguramente porque yo usaba barba, y comenzaron a aplaudirme.” El recibimiento fue apabullante: los soviéticos no habían realizado una recepción del tamaño que organizaron desde el regreso a la tierra de Yuri Gagarin, primer cosmonauta soviético.

Estando en la datcha de Kruschev, Korda sacó una cámara Polaroid y les hizo unas fotos instantáneas: Kruschev quedó anonadado. Preguntó “¿Y de dónde ha salido este aparato mágico?”. Fidel respondió con una sonrisa “Boston, Massachusetts.”

Un año más tarde la comitiva cubana regresó a la URSS. En aquella ocasión, Fidel quiso probar suerte esquiando y cayó al suelo. El comandante se moría de risa y Korda capturó la secuencia fotográficamente. Castro, con buen humor, quiso que se publicaran las fotos del incidente donde parecía más un clown a lo Buster Keaton que el Comandante de la Revolución Cubana.

Sin embargo, Korda no era el fotógrafo del gobierno cubano: “«Permítame dejar claro que nunca se me conoció como fotógrafo oficial», enfatiza Korda. «Jamás recibí un salario de Fidel». A menudo, tampoco era pagado por nadie más.” [1]

Diana Díaz, hija de Alberto Díaz Gutiérrez explica que “Korda fue mucho más que el fotógrafo del Che y de la revolución. Los negativos sobre la revolución son sólo un 10% de su obra”.[2]

Alberto Díaz Gutiérrez, Korda, murió en 2001 de un infarto, “mientras dormía la siesta en un sofá, junto a los restos de un trago de ron blanco”[3]

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*Óscar Colorado Nates es crítico, analista y promotor de la fotografía. Titular de la Cátedra de Fotografía Avanzada en la Universidad Panamericana (Ciudad de México). Autor de libros como Instagram, el ojo del mundo, Fotografía de Documentalismo Social, entre otros. Conductor del programa de radio sobre fotografía  Miembro de The Photographic Historical Society (Rochester, NY) y creador de , blog de reflexión fotográfica líder en Iberoamérica.

Notas

[1] Havana Cultura. Alberto Korda, fotógrafo. http://havana-cultura.com/es/artes-visuales/alberto-korda

[2] Vicent Mauricio, ¿El Che Guevara vendiendo Mercedes-Benz? Demasiado revolucionario. Disponible en

[3] Ibídem

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