




No habrá balazos, más que los necesarios para evitar la impunidad de quien delinca y para neutralizar a generadores de violencia y redes criminales; lo que implica -y esto resulta esperanzador- que tampoco habrá más abrazos.



El encuentro en la vieja sede del Senado dejó ver a una inusualmente sonriente presidenta de la Corte, a la vez que mandó un poderoso mensaje político de reapertura de los canales del diálogo entre poderes.

En los próximos tres meses como máximo, el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum deberá mostrar resultados significativos en el crucial problema de la inseguridad.






