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Podrá gustarnos o no la manera en la que Elon Musk se conduce a sí mismo y a su compañía, pero, sin lugar a dudas, no hay discusión al momento de ponernos a pensar en cuál fue la marca de autos que mayor impacto tuvo en la década que está por concluir.
Y es que uno de los grandes aciertos de Tesla en esta década es el haber creado entre 2012 y 2019 una estrategia de comunicación y comercialización tan exitosa que sus tres ejemplares a la venta en la actualidad (Model S, Model X y Model 3 ) no solo son atractivos en el nicho reduccionista de los “eléctricos”, sino una opción seductora en el segmento de los vehículos de lujo.
Como muestra, el Tesla Model 3 se colocará en 2019 como el auto de lujo de mejores ventas en todo Estados Unidos. Otro de los grandes golpes sobre la mesa que Tesla dio al “establishment automotriz” es el de desprenderse de la figura tradicional de venta de sus vehículos a través de concesionarios para optar por la comercialización directa entre la compañía y el consumidor final.
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Esto ha permitido que los clientes de la marca configuren, personalicen y sobre todo, tengan un trato directo con la compañía no solo al momento de comprarlo, sino más importante, en el proceso de servicio y mantenimiento del auto. En este sentido, Tesla ha cambiado el paradigma en el apartado de atención al cliente, pues gracias a la instalación de centros de servicio en puntos clave, las reparaciones de los autos pueden llevarse a cabo en el domicilio o la oficina de sus clientes.
Otro proceso innovador en el que Tesla marcó la pauta para el resto de la compañías de la industria automotriz es la idea de mejorar continuamente las capacidades de los autos sin costo alguno a través de actualizaciones al sistema operativo, como si se tratara de un smartphone o una computadora. Mediante estas descargas remotas, los clientes pueden renovar los sistemas de navegación, infoentretenimiento o, bien, recibir mejoras en el desempeño en sistemas mecánicos como frenos, rango de autonomía o suspensión.
Marcas como Porsche y Audi han anunciado que seguirán el ejemplo de Tesla con este tipo de mejoras, pero a diferencia de la compañía de Elon Musk, las alemanas cobrarán por cualquier tipo de actualización que repercuta en el desempeño del auto.
Sin embargo, considero que el más grande mérito de Tesla a lo largo de este periodo no es el crear autos eléctricos con rangos de autonomía superiores a su compañía o la instalación de más de 14 mil cargadores propios alrededor del mundo, sino el anticiparse al futuro y a sus tendencias de consumo y comunicación para ser una de las pocas marcas que, no importa lo que presenten, todo el mundo estará al pendiente.
Como muestra, todo el “buzz” creado alrededor de una pick-up que, a pesar de que no se producirá sino hasta 2021, ha sido uno de los lanzamientos más comentados en 2019.
