Hay quien dice que haber perdido la capacidad de sorpresa implica haber dejado de ser agradecido. Y el hecho de que “ La Carrera Panamericana ” sea considerablemente más famosa entre los entusiastas del deporte motor en el extranjero que entre connacionales, puede que le dé la razón a ese dicho popular.

Me declaro culpable y parte de este grupo de personas que, a pesar de ser amante de los autos, había dado por sentado su existencia y nunca se había dado la oportunidad de ser parte de La Carrera Panamericana. Digo “ser parte” porque un pedazo importante de la magia de esta carrera es el hecho que los aficionados son fundamentales en su esencia y, para una porción ellos, la carrera también es indispensable en su calendario.

Por ejemplo, en el poblado de La Congoja, Aguascalientes , el calendario escolar oficial marcaba que el pasado lunes 18 de octubre sería el primer día de regreso a clases de manera presencial desde la pandemia. Sin embargo, esto tuvo que ser postergado, pues ese día pasaría “La Pana” por ahí y, desde hace más de 30 años, este evento implica la cancelación de la cátedra en primaria y secundaria.

Para Karla León Grossman, directora de La Carrera Panamericana , el encanto y motor que impulsa a todos los que forman parte de esta competencia es el amor, pues sin él, hace muchos años se hubiera dejado de organizar este recorrido de más de tres mil 500 kilómetros alrededor del país.

La Carrera Panamericana 2021, una competencia muy diferente al resto
La Carrera Panamericana 2021, una competencia muy diferente al resto

“Tan pronto terminamos de ejecutar esta carrera, tenemos que ponernos a organizar la del año siguiente. En total, somos más de 100 personas las que vamos en caravana por todo el recorrido y el arreglo de permisos con las autoridades, la reserva de hoteles para todo el personal y la convocatoria para los participantes con todas las medidas de seguridad para ellos y los aficionados es una labor enorme que no podría realizarse de manera satisfactoria si no existiera una gran dosis de amor”, señala.

Karen León conduce toda la ruta que hace base e n siete ciudades del país (Oaxaca, Veracruz, Ciudad de México, Morelia, Aguascalientes, Durango y, por primera vez en la historia de la competencia, Saltillo). La Porsche Cayenne que maneja pasa antes que los autos que compiten y sirve como una veloz estela que anticipa a los aficionados que las etapas cronometradas están por comenzar.

La Carrera Panamericana 2021, una competencia muy diferente al resto
La Carrera Panamericana 2021, una competencia muy diferente al resto

La pasión con la que Karen realiza este desgastante recorrido, cerciorándose de que todo esté bajo control, no es una casualidad, pues el respeto y el amor que tiene a esta histórica competencia es herencia directa de su padre, Eduardo León, fundador del certamen en 1950 y sabedor que su nombre es una leyenda entre los verdaderos amantes de los autos en México.

El cariño por esta carrera

es también la única lógica que encuentro para concebir la inversión (o gasto desde otra óptica) de mínimo 500 mil pesos para competir en esta carrera. Y es que, aunque la entrada para participar es de 11 mil dólares, los veteranos pilotos de “La Pana” señalan que se desembolsa aproximadamente medio millón de pesos entre la preparación del auto, el pago a mecánicos, la compra de refacciones y otros imprevistos.

No obstante, los competidores dicen que, para llevar un auto con aspiraciones reales de ganar la prueba, hay que soltar entre un millón o millón y medio de pesos .

El mismo sentido emocional se hizo presente en esta edición de la carrera pues, por primera vez en la historia, dos marcas que históricamente han sido asociadas al mundo motor se unieron para funcionar como impulsores de la cultura de la carrera.

La Carrera Panamericana 2021, una competencia muy diferente al resto
La Carrera Panamericana 2021, una competencia muy diferente al resto

Se trata de y TAG Heuer , quienes como parte de su alianza global en proyectos de deporte motor, sirvieron como patrocinadores de un evento en el que cada año hay accidentes, corajes de los pilotos por fallas mecánicas y gastos incomprensibles para quienes son ajenos a una de las expresiones más puristas del deporte motor en nuestro país.

No obstante, estos mismos arrebatos y caprichos son los que le dan la esencia emocional a un evento que genera expectativa, alegría y una emoción que deberíamos de apreciar, apoyar y disfrutar en mayor medida. Ojalá La Carrera Panamericana nos dure muchos años más.

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