El concepto revolucionario que Richard Mille implantó en 2001 tenía en la caja tonneau su símbolo principal. Esta forma se convirtió en la expresión de identidad —inédita hasta entonces en la alta relojería— de una firma capaz de traer a este mundo tradicional el espíritu de innovación tecnológica de la Fórmula 1.

Aquella caja respondía a un deseo estético, pero también tenía un importante componente funcional, acorde con las intenciones de Mille: la estudiada figura tonneau se ajustaba a la muñeca como un guante y aseguraba comodidad.

Poco a poco, con el lanzamiento de nuevas referencias, este tipo de caja se consolidó y la marca maduró lo suficiente como para experimentar con otros diseños y estilos, más allá de la relojería deportiva de altas prestaciones que ha desarrollado desde hace 15 años. Prueba de ello son los relojes para mujer, las versiones de bolsillo e incluso los modelos ultraplanos.

Aunque de entrada la idea de un reloj ultraplano de Richard Mille parezca contradictoria, la firma no ha querido sentirse ajena a la tendencia y ha experimentado con esta clase de piezas, siempre desde su peculiar punto de vista.

Los ultraplanos forman parte de la esencia de la relojería pues son ejemplo de refinamiento estético y sofisticación técnica, dos elementos esenciales para elaborar un buen guardatiempo de esa categoría. Al fin y al cabo, hacer un ultraplano implica tomar riesgos creativos y encontrar soluciones imaginativas, lo que coincide con el modo de pensar y trabajar de Richard Mille.

Para entender el RM 67-01, nada mejor que compararlo con la referencia a la que más se asemeja estéticamente: el RM 010. Con éste comparte la estructura esqueletada y la ventana de fecha. En cuanto a las diferencias, la más evidente es el grosor de la caja: 13.84 milímetros en el RM 010 que disminuyen hasta los 7.75 milímetros en el RM 67-01.

Gran parte del éxito de esta reducción es el calibre CRMA6, de apenas 3.6 milímetros de altura y fabricado en la manufactura propia de Les Breuleux. En su construcción se combina el titanio de grado 5 de los puentes y la platina esqueletados con el platino del rotor. Es, por cierto, un rotor central, a pesar de que ocupa más espacio que la de minirotor.

La platina sirve de soporte para la colocación de los índices, los cuales se acoplan a los carriles que forman el armazón en su parte superior. Éste es uno de los recursos más llamativos para conseguir la anhelada disminución de grosor, al igual que prescindir de la aguja del segundero.

El resultado es una combinación perfecta de la elegancia que siempre distingue a los modelos ultraplanos con la forma característica de Richard Mille. Como ellos mismos lo definen, es un futuro clásico.

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