El nuevo iPhone del presidente estadounidense, Donald Trump, usuario asiduo de Twitter, aporta una seguridad mayor que la de su antiguo aparato, pero sigue planteando un riesgo de pirateo, según expertos.

"Puedo garantizar que los rusos y los chinos intentarán lanzar un ataque", estima John Dickson, exresponsable de ciberseguridad de la Fuerza Aérea estadounidense y consultor de la firma Denim Group, de Texas.

Trump usaba hasta ahora un aparato Android, cuyas especificaciones no fueron reveladas, pero que algunos periodistas habían identificado como un viejo modelo de teléfono Samsung no del todo seguro.

El jefe de redes sociales en la Casa Blanca, Dan Scavino, confirmó esta semana que Donald Trump "utiliza desde hace varias semanas su nuevo iPhone en Twitter".

Según John Dickson, el riesgo de pirateo del teléfono del presidente depende mucho de su utilización. "Si es un aparato de uso limitado, el riesgo es mínimo (...). Pero no bien comience a cliquear sobre alguna cosa, a cargar aplicaciones, a autorizar el acceso a su teléfono, ahí las cosas se ponen más serias", advierte.

Los teléfonos portátiles pueden ser pirateados y permitirle al autor de ataque servirse del micrófono como aparato de escucha, acceder a la cámara, geolocalizar el teléfono e incluso tomar el control del aparato.

El expresidente Barack Obama usaba un BlackBerry y luego otro teléfono inteligente protegido con funciones limitadas.

El cambio de teléfono de Trump "reduce enormemente pero no suprime completamente los riesgos de seguridad", estima Nicholas Weaver, investigador del Instituto Internacional de Ciencias Informáticas, en California.

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