Tras el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, afirmó que estamos ante un “momento histórico” para México y el mundo; en ese sentido, destacó que ante este acontecimiento los obispos del país esperan que se atienda el problema de la pobreza, puesto que la población requiere de oportunidades de desarrollo.

“Siempre es necesario dialogar frente a cualquier situación que pueda ocurrir, los obispos, dada nuestra misión, sabemos que tenemos que cuidar de los migrantes y de los más pobres de México. Seguiremos trabajando en este asunto y a eso obedece nuestro proyecto de Pastoral Global, tenemos que repensar nuestro ministerio episcopal en razón de los desafíos que tenemos en nuestro país. Lo que nos compete a la Iglesia católica es orar y trabajar, porque México tiene que valerse también por sí mismo no depender sólo por lo que sucede en el entorno mundial y de lo que suceda en el país vecino”, enfatizó.

En conferencia de prensa, Cabrera López dijo que el pueblo de México necesita aliento pero también oportunidades ante la repatriación de migrantes, lo cual pone al país frente al problema del empleo; llamó a los empresarios a invertir  a fin de ampliar el empleo, dado que en las metrópolis con más de cinco millones de habitantes cada vez se requieren más empleos bien remunerados, mientras que en las zonas rurales pidió activar la producción agrícola.

Agregó que los sacerdotes tienen la tarea de dar aliento pero no sólo mediante la palabra sino “tocando” a los principales gestores en la lucha contra la pobreza como son los gobernantes y empresarios; resaltó que los gobiernos de todos los niveles deben llevar “administraciones correctas”.

“También un aliento tiene que ser la actitud decidida de nuestros gobernantes en todos los niveles de llevar administraciones correctas, no podemos seguir escuchando más historias de desfalcos al erarios público porque eso desalienta a la población”, expresó.

El arzobispo de Monterrey destacó que los tres grandes desafíos que presenta la zona de Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León son la migración, la criminalidad y la indigencia, por lo que uno de los retos para la Iglesia Católica es cómo llegar a las periferias de las ciudades que cada día crecen más.

El presidente de la CEM, Francisco Robles Ortega, destacó que hay una agrupación de obispos norteamericanos y mexicanos que tienen la labor de atender a los migrantes en Estados Unidos, por lo que mantienen un diálogo cercano con el Episcopado del país del norte para afrontar este problema a través de estrategias y acciones conjuntas.

ml

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