El Instituto de Biotecnología (IBT) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) obtuvo cinco patentes más en 2015, entre ellas una relacionada con las toxinas Cry —producidas por Bacillus thuringiensis—, con aplicación como insecticida, que combina dos cepas de esa bacteria para matar al mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue, zika y chikungunya.

Mario Trejo, secretario Técnico de Gestión y Transferencia de Tecnología de la entidad, en un comunicado de la UNAM, dijo que se trata de una formulación para ser aplicada en depósitos de agua, donde el insecto se reproduce.

El instituto registró su solicitud de patente número 200, de las cuales le han sido otorgadas casi 90, informó.

Las otras patentes se refieren a dos péptidos (pequeñas proteínas) aislados del veneno del alacrán, que podrían ser clave para el tratamiento de enfermedades autoinmunes; a un método para cuantificar y diferenciar nanopartículas de origen seudoviral, que se pueden utilizar en vacunas o en acarreadores farmacéuticos, y dos más relacionadas con las toxinas Cry, informó.

De las cinco patentes que se concedieron el año pasado, una fue en fase nacional, relacionada con otra que se había otorgado en 2014 en otros países: dos péptidos que se aislaron del veneno de un alacrán morelense. La investigación está a cargo del emérito Lourival Possani.

Otra es un método para cuantificar y diferenciar nanopartículas de origen seudoviral. Las proteínas de la cápside o cápsula de proteínas de los virus que lleva dentro el ADN se utilizan para obtener nanopartículas de diversos tamaños.

Esas pequeñísimas estructuras pueden tener aplicación en el área de la salud, porque es factible utilizarlas para vacunas o acarreadores farmacéuticos. La patente, obtenida en México, está a cargo de Laura Palomares.

Las otras tres patentes, resultado de los trabajos de Alejandra Bravo y Mario Soberón, se relacionan con las toxinas Cry, producidas por Bacillus thuringiensis, con aplicación como insecticidas.

La primera de ellas se refiere a una mutación que las hace más eficientes, de modo que se usan para los mismos tipos de insectos (como el gusano cogollero del maíz —Spodoptera frugiperda—, que es una plaga importante en México, y el gusano del tabaco —Manduca Sexta—), pero actúa de manera más potente y efectiva. La patente se obtuvo en Estados Unidos.

La siguiente se refiere a una modificación de las toxinas que las hace efectivas contra insectos que han desarrollado resistencia a las propias toxinas Cry naturales.

La tercera patente es una formulación que combina dos cepas de Bacillus thuringiensis, con toxinas diferentes que matan al Aedes aegypti, transmisor del dengue, zika y chikungunya.

Las dos últimas patentes se obtuvieron en México y en el caso de la última se licenció a una empresa creada para producir esta formulación, donde dos de los socios son los mismos académicos que lograron la invención.

Así, Corporación Mexicana de Transferencia de Biotecnología, empresa spin off del IBT, “está próxima a tener liberados los registros para comercializarla en los próximos meses”.

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