Pide Rivera por rectores de UNAM y la Anáhuac

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El cardenal Norberto Rivera Carrera afirmó que, en medio de una sociedad enferma de neurosis de posesión, “ya no se distingue entre el bien y el mal, y se proponen públicamente ofertas que parece que engrandecen al hombre cuando lo que hacen es hundirlo en la vileza”.

En su homilía durante la ceremonia eucarística en la Catedral Metropolitana, Rivera Carrera señaló a los fieles ahí reunidos que el Señor ha puesto ante ellos el bien y el mal, la vida y la muerte, y les dijo: “No estés esperando a que otro te venga a decir lo que puedes hacer. Tú sabes lo que es bueno para tu vida, lo que es malo, lo que te pervierte, lo que te deteriora, el modelo de sociedad y convivencia, que configura nuestro vivir diario”.

En la misa en donde se pidió por los rectores designados de la UNAM, Enrique Luis Graue, y de la Universidad Anáhuac, Cipriano Ángel Sánchez García, “para que realicen con empeño su labor en el bien nacional”, Rivera habló sobre la importancia de la donación, de dar sin reservas, y subrayó: “Si en nuestros ambientes sociales soplara con más fuerza la brisa del altruismo, del voluntariado, de la entrega, no estaríamos tan contaminados de la atmósfera del egoísmo, ambición y exigencias”.

Planteó que lo que se debe dar en primer lugar a Dios “es lo que es de Dios, sin recordar por qué algunos por ahí hablan de dar al César lo que es del César, recortando el pensamiento de Cristo: a Dios lo que es de Dios”.

El cardenal subrayó que “el que ama encontrará mil recursos en la vida para dar y para darse. A veces una sonrisa vale más que un donativo, unos minutos escuchando en la soledad, una visita al pariente enfermo, un alto en nuestra prisa para ayudar al invidente a cruzar la calle, a gastar unas horas para jugar con los niños. Y tantas y tantas cosas que valen más que un regalo costoso.

“Porque cuando se acerca, por ejemplo, la Navidad, pensamos en regalos, pero no pensamos en las cosas importantes que necesitan nuestros seres queridos”, insistió.