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Algunos le dicen El Niño Terremoto, otros El Niño Milagro que nació de entre los muertos. Este 19 de septiembre cumple 30 años de edad. Su historia ha trascendido por las circunstancias en las que nació en 1985.

Lo cierto, dice Jesús Francisco Flores Medina, es que “fue gracias a mi abuela y a Dios que estoy aquí. Ella me sacó del vientre del cadáver de mi madre.

“Mi abuela salió a las siete de la mañana a la leche ese 19 de septiembre. Cuando regresó vio derrumbado el edificio en el que vivía, en la Plaza de San Camilito, en Garibaldi.

“Ahí fallecieron 24 familiares, 12 eran mariachis: los hermanos Medina. Mi abuela, desesperada, no quiso dejar que la retiraran del lugar hasta ver el cuerpo de su hija, de 17 años, y de sus demás familiares.

Su abuela fue muy valiente...

—Sí, querían retirarla, pero ella se aferró y les dijo a quienes estaban a cargo que no se movería de ahí hasta encontrar el cuerpo de su hija. Después de un tiempo vio a mi madre, que aun entre los escombros tenía los brazos y manos cubriéndose el vientre, dentro del que yo me movía. Mi abuela me contó que, sin titubear, con una navaja de rasurar cortó su vientre y me sacó. Así nací, en esas circunstancias.

¿Ahí murieron otros familiares?

—Sí, mi papá, mi mamá, mis tíos, primos, todos, fueron 24 los que fallecieron. Era una familia de mariachis.

Dicen que nací de entre los muertos, que mi vida es un milagro, que estoy aquí porque tengo algo destinado, que tengo que hacer algo bueno en la vida. Pero la realidad es que soy una persona común y corriente que se preocupa por hacer el bien, por ayudar a la gente.

¿Qué ha hecho en estos años, a qué se ha dedicado?

—A trabajar, desde  niño  trabajo, he vendido dulces, chicles, limpiado parabrisas. Dentro de mis posibilidades he podido llegar a lo que ahora soy, con mucho esfuerzo en un camino que no ha sido fácil, pero que afortunadamente he conocido a gente que me ha ayudado.

Haber nacido en esas circunstancias, ¿le ha facilitado las cosas en la vida o se las ha complicado?

—Me ha dado facilidades en mi desarrollo en muchos aspectos, pero en otros me ha cerrado las puertas. Hay gente que piensa que con mi situación he lucrado, pero pienso que si uno logra las cosas debe ser con su propio esfuerzo, y en mi vida lo he hecho así.

Se dice que de niño lo apoyó mucho el gobierno...

—En algún momento sí, tuve apoyo del presidente Carlos Salinas de Gortari, quien ayudó a que a mi abuelita y a mí nos facilitaran tener un departamento en Tlatelolco, y también tuve acercamiento con el presidente Ernesto Zedillo, pero la ayuda se fue acabando y, como muchos, he tenido que salir adelante solo y seguir viendo por mi abuelita.

Ahora que se conmemoran 30 años de los sismos de 1985, ¿considera que existe en México una buena educación en materia de prevención?

—Creo que aún falta mucho, la gente debe informarse más, debe haber más atención a la educación en ese sentido, y hace falta tomar más medidas.

Por ejemplo, en la unidad Tlatelolco se requiere instalar más alertas sísmicas, hacer simulacros. También debe hacerse esto en otras colonias. Vemos que en edificios de oficinas se hacen simulacros, pero no en las unidades habitacionales o en barrios.

¿Le teme a los sismos?

—No, más bien les tengo respeto, como a todo fenómeno natural, ante los cuales debemos saber vivir y sobrevivir, porque no podemos enfrentarnos a ellos, más bien podemos prevenir riesgos y desastres.

No se debe actuar ya que pasó la tragedia, sino prevenirla ante un  terremoto  o huracán.

En este 30 aniversario de los sismos, ¿considera que se debe hacer un homenaje?

—Más bien se debe hacer una reflexión, pensar y agradecer cada día que tenemos vida.

¿Cómo ve usted la vida?

—Que es un privilegio tenerla y por lo tanto hay que amar la vida cada día, cada momento. Hay que amar a nuestros semejantes.

¿Cómo debe vivirse cada día?

—Disfrutar cada día y darle gracias a Dios por cada momento de nuestra vida, y superar los problemas y pensar que gracias a que estás vivo puedes solucionarlos. Estoy seguro de que tengo el privilegio de haber vivido y no sólo por las circunstancias en las que nací, valoro la vida y eso deben hacer todas las personas, a pesar de sus problemas y realidad en la que se desarrollen, deben dar gracias de que tienen vida.

Flores Medina hoy se dedica a la política y ha sido diputado suplente. Asegura que ésta es la forma que ha encontrado para ayudar a la gente, una forma de agradecer, dice, que emergió de los escombros.

jram

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