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Unos por convicción y otros porque no tenían dónde dejarlos, profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) marcharon y entraron al Zócalo de la Ciudad de México acompañados de sus hijos.

Francisco Bravo, integrante de la dirigencia nacional, señaló que llevarlos fue determinación de los maestros y de ninguna manera fue para utilizarlos como “escudos”.

“Nosotros tenemos todo el cuidado necesario para este tipo de situaciones. No es la consigna de que lleven a los niños por alguna sensación de ‘escudos’. Eso sería bastante bárbaro de nuestra parte”, dijo en entrevista.

“Yo traigo a mi hijo porque es una definición propia, no es una consigna decirles a los maestros trae niños. Aquí cada quién viene por su propia voluntad. La característica es que aquí no tenemos acarreados y cada quien actúa por voluntad propia. Ahí te damos un mensaje: que nuestras movilizaciones son abiertas y pacíficas”.

Desde que reiniciaron las protestas de la CNTE en la capital del país, el pasado 15 de mayo, se han observado niños que, acompañados por sus padres, marchan e incluso gritan consignas y muestran pancartas en rechazo a la reforma educativa y en apoyo a sus maestros. Ahora que terminó el ciclo escolar e iniciaron las vacaciones de verano, esta participación se ha notado más. Por ejemplo, el 21 de julio, alumnos de primaria de Iztapalapa presentaron números de danza regional durante una manifestación político-cultural de apoyo a la coordinadora en la avenida Bucareli.

Algunas maestras consultadas señalaron que vienen con sus hijos a la marcha porque no tienen con quién dejarlos. Dijeron que no tienen preocupación de que les pueda pasar algo, porque los niños no vienen solos y ellas se encargan de cuidarlos. Otros profesores señalaron que traerlos es un riesgo latente, pero que ante la falta de quién los cuide “no hay de otra”.

“Vengo de Hidalgo, traigo a mi hija y a mi nieto, venimos a la marcha porque no tengo con quién dejarlos. No le pasará nada porque yo lo cuido, lo protejo y vengo con cuidado”, mencionó una profesora proveniente de Hidalgo.

Plan de distracción. Por primera vez desde el pasado 24 de junio de 2015, profesores de la CNTE lograron entrar al Zócalo. Lo consiguieron aplicando una estrategia de distracción para desorientar a las autoridades de la Ciudad de México.

La estrategia consistió en realizar un mitin “fachada” el jueves a las 10:00 de la mañana en el Hemiciclo a Juárez, para que la Secretaría de Seguridad Pública enviara ahí a sus granaderos. Después de las 10:00 horas, los coordinadores regionales comenzaron a dar indicaciones a los profesores de que se fueran separando y avanzaran “por bloques” de |10 a 15 para no llamar la atención y poder pasar como turistas.

Mientras, desde las 9:00 horas, profesores que llegaron de otras entidades —Michoacán, Hidalgo, y Veracruz, por ejemplo— y de la propia Sección 9 de la Ciudad de México, comenzaron a acercarse a la plancha del Zócalo: algunos llegaron a las estaciones del Metro Allende y Pino Suárez, y caminaron desde ahí, mientras que otros fueron llegando por calles cercanas: Belisario Domínguez, Venustiano Carranza, 5 de Febrero y 5 de Mayo.

Ante la presencia de los maestros disidentes, las puertas de la exposición de la Aldea Digital se cerraron después de las 11:00 horas.

Luego de marchar en el circuito del Zócalo, los integrantes de la CNTE se movilizaron hacia las inmediaciones de la sede de la SEP, para realizar un mitin en la plaza de Santo Domingo.

Enrique Enríquez, dirigente de la Sección 9, insistió en llamar al gobierno federal para que atienda los tres ejes de las demandas de la Coordinadora: la suspensión definitiva de la reforma educativa; impulso a un modelo educativo, democrático e integral; y la atención a las afectaciones generadas por la aplicación de la reforma.

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