La irrupción pública del gobernador de Guerrero con licencia, Ángel Aguirre Rivero, tiene al menos dos explicaciones, nos hacen ver.

La primera es que propios y extraños (los Chuchos del PRD y operadores del PRI) reconocen el peso político de quien llegó a gobernador interino después de los hechos de sangre en Aguas Blancas,  y salió de la gubernatura constitucional tras los también sangrientos hechos de Iguala con los 43 normalistas de Ayotzinapa.

"Algo ha de saber si ha sido gobernador de un estado como Guerrero dos veces", dicen perredistas.

Pero la otra razón, nos dicen, es que anda muy preocupado por el curso de las investigaciones por presunta corrupción en la que se vio envuelto uno de sus hermanos y varios de sus ex colaboradores.

"Está negociando", aseguran algunos políticos cercanos a don Ángel.

Como sea, Ángel Aguirre es visitado por perredistas y priístas en plena campaña por la gubernatura. Algo sabrá.

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