Hace 27 años, Vladimir Putin llegó a la ciudad alemana de Dresde para cumplir con su sueño de juventud: ser espía de la KGB , la agencia de inteligencia soviética.

Inspirado por historias heroicas en las que, como recordaría luego, "el esfuerzo de un hombre podía conseguir lo que no lograban ejércitos, y un espía podía decidir el destino de miles de personas".

Sin embargo, gran parte del trabajo de espionaje que tenía que hacer en Dresde no era particularmente emocionante, pero al menos él y familia podían disfrutar de la buena vida de Alemania Oriental, muy diferente a la de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

"Las calles estaban limpias. Las ventanas se lavaban una vez a la semana", recordó su esposa de entonces, Ludmila, en una entrevista publicada en el año 2000.

Los Putin vivían en un edificio de apartamentos especial, en el que tenían por vecinos a otros agentes de la KGB o de la Stasi, el órgano de inteligencia de la llamada Alemania Oriental.

"Mi trabajo en los órganos de espionaje exterior tuvo que ver no simplemente con el Servicio de Espionaje Exterior, sino que, en particular, con el espionaje clandestino", recordó Putin el pasado junio.

Para el jefe del Kremlin, los agentes que trabajan en la clandestinidad son "personas especiales, de cualidades y convicciones singulares, personas con un carácter especial".

Se trata de una tarea que pueden cumplir "solo elegidos", dijo también el presidente.

El presidente ruso y su homólogo estadounidense acordaron este viernes, en su primer cara a cara, una tregua para el suroeste de Siria y decidieron abrir un canal bilateral de comunicación para discutir sobre el conflicto en Ucrania.

El encuentro, que se prolongó por dos horas y cuarto, tuvo lugar en el marco de la cumbre del G20 que se celebra en Hamburgo (Alemania) y estuvo precedido por muestras mutuas de cortesía y cierto optimismo ante el potencial de la cooperación entre Washington y Moscú.

Trump aseguró, cuando se dejó pasar a los medios unos minutos a la sala de la cita bilateral, que era un "honor" reunirse con el presidente ruso y Putin dijo sentirse "encantado" de entrevistarse por fin en persona con su homólogo estadounidense.

El presidente de Estados Unidos confió en que, a raíz de este encuentro, sucediesen "muchas cosas muy positivas" para su país, Rusia y todo el mundo, y Putin se mostró esperanzado que se obtuviesen "resultados" de la reunión.

lsm

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