Las manifestaciones en solidaridad con las víctimas del incendio en un edificio de Londres derivaron ayer en protestas contra el gobierno británico, mientras las autoridades informaron que ya son 30 los muertos por la tragedia del miércoles.

Varios grupos de manifestantes se congregaron ayer cerca de la Torre de Grenfell, en el municipio de Kensing-ton, donde se registró el incendio, y en el distrito gubernamental de West-minster. Con carteles y cánticos, mostraron su enfado delante del Ministerio de las Comunidades, responsable, entre otras cosas, de la construcción de viviendas.

Los manifestantes gritaban: “¡May debe irse!”, mientras se dirigían a Downing Street, sede de gobierno de la primera ministra, Theresa May. La marcha se realizó bajo el lema “Justice for Grenfell!” (Justicia para Grenfell).

Los manifestantes en Kensington y Chelsea reclamaron respuestas de las autoridades en relación a la tragedia. Algunos lograron ingresar al ayuntamiento, donde se enfrentaron a policías y otros agentes de seguridad.

El enojo se generó después de que se reveló que el edificio de 24 pisos no era seguro y que las autoridades ignoraron los reclamos sobre posible violaciones a las regulaciones en la materia.

Como respuesta a las protestas, el ayuntamiento de Kensington y Chelsea emitió un comunicado, en el que aseguró que las personas que se quedaron sin vivienda tras el siniestro serán trasladadas lo antes posible dentro del mismo distrito y que recibirán ayuda financiera.

El incendio en el edificio de viviendas sociales Torre Grenfell dejó al menos 30 muertos, aunque se estima que la cifra de víctimas podría aumentar, ya que ahí vivían entre 400 y 600 personas. Además, aún quedan hospitalizadas 24 personas, 12 de ellas en estado crítico, de acuerdo con información de las autoridades sanitarias.

El fuego se inició en la madrugada del miércoles. Decenas de personas fueron rescatadas de las llamas, mientras que otras lograron huir por sus propios medios. En tanto, amigos y familiares buscaban desesperados a los desaparecidos con carteles y mensajes en las redes sociales.

Stuart Cundy, de Scotland Yard, señaló que de momento no se puede precisar cuántas personas están desaparecidas. Los equipos de rescate siguen buscando a posibles víctimas con drones y perros rastreadores.

Según Cundy, las labores de recuperación de cadáveres van para largo debido a que el edificio afectado “se halla en un estado peligroso”.

La policía no cree que el incendio haya sido premeditado. “En estos momentos no hay ningún indicio de que el fuego fuera iniciado intencionalmente”, dijo Cundy, aunque se inició ya una investigación criminal.

“Es difícil expresar cómo deben sentirse las familias afectadas y nuestra labor es trabajar incansablemente para ofrecerles las respuestas que se merecen”, añadió y destacó que “la prioridad para cada uno de los involucrados en la operación actual en la Torre Grenfell es recuperar e identificar a todas las víctimas”.

May realizó ayer una nueva visita personas que viven cerca del edificio que se incendió, en medio del abucheo de manifestantes. Se retiró bajo una fuerte custodia policial.

May, quien ya enfrenta presiones por el resultado desfavorable de una elección anticipada a la que convocó en busca de fortalecer su gobierno, ha sido duramente criticada por su respuesta al voraz incendio.

La mandataria prometió una investigación pública y 5 millones de libras (6.4 millones de dólares) para ayudar a las víctimas del fuego en la Torre Grenfell.

La reina Isabel II y el príncipe Guillermo visitaron también ayer a las víctimas del incendio y a los voluntarios que están en un alojamiento provisional en un gimnasio de Kensington. La reina alabó el jueves el valor de los bomberos y la “increíble generosidad” de los voluntarios.

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