Cientos de personas, en su mayoría estudiantes, protestaron ayer en contra de los resultados de la primera vuelta de las presidenciales en Francia, mientras los candidatos que pasaron a la segunda vuelta continuaron sus choques.

Los manifestantes, que marcharon bajo el lema “Ni patria, ni patrón”, se enfrentaron con la policía antidisturbios en la capital francesa, entre la Plaza de la República y La Bastilla. De acuerdo con diversos medios, participaron jóvenes de al menos 20 liceos, que manifestaron su descontento tanto con el liberal Emmanuel Macron como con la ultraderechista Marine Le Pen, quienes se medirán en las urnas, de manera definitiva, el próximo 7 de mayo.

También en otras ciudades francesas hubo protestas, convocadas por los movimientos estudiantiles “antifascistas” y “anticapitalistas”. En Rennes, unas tres mil personas se manifestaron y se produjeron algunos disturbios, de acuerdo con imágenes mostradas por los medios.

Tanto Le Pen como Macron continuaron ayer sus campañas. La candidata del Frente Nacional quedó en segundo lugar en la primera ronda electoral, en la que Macron se impuso con 24.01% de los votos, contra 21.30% de ella.

En un mitin en Niza, Le Pen, aseguró ante unas 4 mil personas que “esta elección presidencial es un referéndum a favor o en contra de Francia. Yo los llamo a elegir Francia, no a Macron, cuyo proyecto es diluir Francia”.

Macron “quiere aplicar una política ultraliberal, una política de desrregularización total”, denunció la candidata antieuro, quien se presenta como la defensora de las clases populares.

El candidato centrista y proeuropeo respondió en Twitter recordando a los electores que la promesa de su rival de salir de la eurozona y celebrar un referéndum sobre la pertenencia de Francia a la Unión Europea (UE) “significaría el fin de la industria pesquera”.

Por la tarde, en una visita a Sarcelles, un suburbio multiétnico del norte de París, Macron criticó el programa “odioso” de Le Pen, que quiere reducir la inmigración a un tope anual de 10 mil personas.

La acogida a Macron en este suburbio conocido como “la pequeña Jerusalén” por su importante población judía fue muy distinto al que recibió el miércoles en su ciudad natal, Amiens, en el norte de Francia.

Macron fue abucheado durante una visita a obreros en huelga de una fábrica de Whirlpool, que el gigante estadounidense amenaza con trasladar a Polonia, mientras que Le Pen, quien hizo una visita sorpresa poco antes fue acogida con un baño de multitudes.

Las últimas encuestas sugieren que Macron, que recibió el apoyo de los partidos tradicionales de derecha e izquierda, derrotaría a Le Pen por un margen de 21 puntos en la segunda vuelta de los comicios.

Sin embargo, el semanario L’Express alertó de que la popularidad del candidato liberal ha bajado cuatro puntos en un mes, mientras que la de Marine ha subido en la misma proporción. Por ello, la ultraderechista no ha ahorrado ataques contra su rival.

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