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La personalidad “explosiva” del mandatario estadounidense, Donald Trump, lo lleva a decir que se impondrán aranceles a las exportaciones mexicanas, pero no será fácil porque existen contrapesos internos y compromisos comerciales de Estados Unidos (EU) que lo harán difícil y violatorio de reglas, aseveró el presidente del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi), Luis Rubio. “El presidente de EU no tiene autoridad sobre aranceles, la tiene el Congreso, y es donde seguramente estará la discusión”, dijo.

Lo que en realidad se debe de pensar en estos momentos es que la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) debe ser parte de un paquete de temas a discutir con Estados Unidos, en lugar de tratarlo como si fuera un aspecto aislado. El mejor enfoque a seguir es “negociar en conjunto y no cosa por cosa”, porque tenemos temas políticos, económicos, comerciales y de seguridad que son muy importantes en la relación bilateral, expuso en entrevista con EL UNIVERSAL.

Debe quedar claro que México tiene que negociar, porque es un tema de certidumbre para inversiones, para el comercio bilateral, y porque ambas partes tendrían afectaciones de no haber TLCAN. Si bien “somos muy vulnerables, porque cualquier cosa que ocurra allá tiene efectos en el país, para nosotros es vital”, pero también para los estadounidenses hay repercusiones porque los mexicanos dejan de consumir en la franja fronteriza por cuestiones de tipo de cambio.

Todos los temas son importantes, porque forman parte de la relación entre las dos naciones y porque se requiere certidumbre en cada uno de los aspectos en los que convergen. Por ejemplo, en el tema comercial México pierde mucho si desapareciera el TLCAN, porque no solamente tiene que ver con el intercambio de bienes, sino también sobre el tipo de cambio. Sobre todo porque con la llegada de Trump y con sus declaraciones se genera incertidumbre, lo que retrae las inversiones extranjeras y nacionales.

Por ello, actualmente se observa que hay diversos proyectos de inversión detenidos y, en el caso de la Inversión Extranjera Directa (IED), difícilmente se llegará a los 25 mil millones de dólares que se estimaron. “La probabilidad es muy pequeña... la programación y desarrollo de los proyectos en este momento no está teniendo lugar”, aseveró.

Explicó que Trump cuida a su base política, que son los votos de perdedores de la globalización y la apertura comercial, porque hubo empresas que salieron de EU y se instalaron en México o en China, o que cerraron por cuestiones de tecnología, lo que causó desempleo desde hace más de 20 años.

Sin embargo, hay sectores beneficiados por el TLCAN que debieran expresarse política o públicamente para mostrarle a Trump lo importante que es la relación con México. Hay que “alertar al sector [empresarial] de que tiene que movilizarse”, como lo ha hecho en otras ocasiones, por ejemplo cuando en el sexenio de Felipe Calderón se les impusieron sanciones a productos estadounidenses por el incumplimiento de EU a dejar entrar al autotransporte de carga a su territorio. Gracias a esa presión, el tema se resolvió pronto.

Expuso que actualmente hay empresas que están actuando en el Congreso, pero no públicamente porque las destrozaría Trump, quien no es político, sino un empresario con personalidad explosiva. Sobre la posibilidad de que Canadá negocie el TLCAN con Estados Unidos de manera bilateral y se deje solo a México, consideró que es una tentación que tienen los canadienses por el nivel de conflicto que hay entre los gobiernos mexicano y estadounidense.

“Pero es más fácil negociar como dos que como uno, aunque sus problemas son distintos. La prensa negativa es más para nosotros que para los canadienses”, comentó.

Añadió que cuando Stephen Harper era el primer ministro de Canadá, muchas veces ocurrió que los canadienses querían “irse solos”, porque no tenían buena relación con México. Pero, a fin de cuentas han regresado a negociar en equipo con los mexicanos porque no les conviene hacerlo solos.

Explicó que actualmente la lógica que debe privar entre los mandatarios de México y Estados Unidos es cómo cooperar y no cómo competir, y para ello es conveniente mostrarle a Trump la complejidad de la relación, y exponerle por qué es mejor tener una relación estable con los mexicanos.

No solamente destaca el tema comercial, también para EU hay beneficios adicionales como el hecho de que México tiene un control estricto de la frontera sur.

“Si ves en la cárcel de Tapachula encuentras como 76 diferentes nacionalidades, y ninguno de ellos llega a la frontera norte”, dejan pasar a guatemaltecos y salvadoreños, pero no a paquistaníes, o de otras nacionalidades.

Eso significa que México cumple una función muy importante en materia de seguridad para Estados Unidos y en el área comercial, pero hay muchos otros temas prioritarios que deben considerarse en la relación, “porque hablamos de un tema de certidumbre”, dijo.

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