Fidel Castro Ruz nació el 13 de agosto de 1926 en el este de Cuba, país que gobernó por 49 años, desde el 1 de enero de 1959, hasta el 19 de febrero de 2008.

Al frente de una revolución que puso a Cuba en el centro de la escena internacional y de un régimen que se ha prolongado 56 años, Castro fue un personaje y superviviente destacado en las complejas tensiones de la segunda mitad del siglo XX entre socialismo y capitalismo y un soldado de las ideas, como se denominaba en sus artículos de opinión.

Admirado por unos como mito revolucionario y odiado por quienes lo acuasaban de dictador, con Fidel no había medias tintas. Pero hasta sus enemigos le reconocieron carisma y una capacidad de liderazgo poco comunes: a nadie dejó indiferente su polémica personalidad que reveló desde joven, cuando dijo que sólo la Historia podía juzgarlo.

“Condénenme, no me importa, la Historia me absolverá”, fue la famosa frase que pronunció en 1953, cuando tenía 27 años, ante el tribunal que lo condenó por el asalto al cuartel Moncada, su primera acción armada contra la dictadura de Fulgencio Batista, considerado el arranque de la Revolución Cubana.

Fidel Castro se mantuvo en el poder 49 años y 55 días marcados por el enfrentamiento con Estados Unidos, su alianza con la Unión Soviética, la crisis económica en la que se hundió la isla tras caer ese bloque y la revolución “bolivariana”.

El ex mandatario siempre desafió a Estados Unidos, ya que logró construir un Estado comunista y durante su administración resistió todos los intentos de ese país para derrocarlo. Fue el 16 de abril de 1961 cuando declaró el carácter socialista de su revolución.

“Socialismo o muerte”, fue su lema insistente, razón por la que Cuba se estremeció el 31 de julio de 2006, cuando anunció que se había sometido a una cirugía intestinal y se alejaría del cargo temporalmente. Dejó a su hermano Raúl, entonces ministro de Defensa, para que dirigiera la nación y al Partido Comunista durante su recuperación.

El 19 de febrero de 2008 dio a conocer que dejaría la presidencia de Cuba de manera definitiva. Su alejamiento del gobierno significó un parteaguas para la isla y para América Latina, ya que era considerado un símbolo de independencia.

Los problemas de salud de Fidel se mantuvieron como secreto de Estado; sin embargo, era conocido que fue el blanco de al menos 638 atentados entre 1958 y 2000, de los cuales los servicios secretos cubanos tuvieron constancia. Entre los ataques figuran uno en la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, en 1960, cuando la CIA quiso aprovechar para matarlo al colocar explosivos en sus puros, plan que no se concretó.

El episodio más cinematográfico fue el que implicó a Marita Lorenz, amante de Fidel, quien fue contratada por Estados Unidos en 1960 para envenenar al comandante.

El último intento para asesinarlo lo realizó Luis Posada Carriles, exiliado cubano, anticastrista acérrimo y ex agente de la CIA, en el año 2000, en la décima Cumbre Iberoamericana, celebrada en Panamá.

Aunque el mito de inmortal creció al salvarse de esos ataques, el hombre que condujo el destino de Cuba durante casi medio siglo falleció ayer en La Habana a los 90 años.

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