El virtual presidente electo Donald Trump expresó hoy que nominaría a la Suprema Corte de Justicia a un juez que rechace el aborto, en tanto que destacó que el matrimonio igualitario era un tema que ya había sido decidido por este tribunal.

En una entrevista en el programa 60 Minutos del canal CBS, Trump indicó que propondrá al Congreso a un juez que se oponga al aborto. Dijo: “esto es lo que sucederá: yo soy pro-vida y los jueces tendrán que ser pro-vida”.

Destacó que si es abrogada la decisión ya tomada por la Suprema Corte que garantiza el derecho de las mujeres a practicarse un aborto, entonces el tema pasaría a los estados.

En ese sentido, explicó que si algunos estados deciden prohibir el aborto, luego de que se revirtiera la decisión de la Suprema Corte, “entonces (las mujeres) quizá deberán ir (...) irán a otro estado” a realizarse este procedimiento.

Trump tiene la prerrogativa de proponer a un juez en la Suprema Corte luego de que uno de los nueve puestos quedó vacante en febrero pasado tras las muerte del juez Joseph Scalia.

Es posible, asimismo, que por la edad de algunos de estos magistrados, Trump pudiera incluso proponer a otro juez de la Suprema Corte durante su periodo de cuatro años en el gobierno.

Mientras tanto, sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, un derecho refrendado en la Suprema Corte en 2015, Trump resaltó que el tema “era irrelevante, porque ya había sido decidido. Fue decidido en la Suprema Corte, y me refiero a que ya pasó”.

La declaración de Trump apunta en sentido contrario a las posiciones expresadas por el virtual vicepresidente electo, Mike Pence, quien se ha opuesto a esta uniones de manera consistente, y que incluso ha apoyado la “terapia de conversión” para “curar” la homosexualidad.

Trump también afirmó que los jueces que pudiera escoger deberían respetar la Segunda Enmienda de la Constitución, que es la que se refiere al derecho de portar armas en Estados Unidos.

La entrevista fue la misma en que Trump aseguró, en un segmento difundido previamente, que deportaría o encarcelaría a dos o tres millones de inmigrantes, aquellos con historial criminal, cuando llegara a la presidencia.

Sobre su reclutamiento de cabilderos en su equipo de transición presidencial, que va en sentido contrario a lo que prometió durante su campaña presidencial, Trump señaló que estos eran quienes mejores conocían el funcionamiento federal pero que paulatinamente contrataría a otras personas.

Finalmente, sobre la serie de ataques de odio en contra de mujeres y minorías a raíz de su triunfo electoral, llevado a cabo por algunos de sus simpatizantes, Trump declaró que no sabía de los incidentes para luego afirmar: “odio escuchar eso”.

“Les diría que no lo hagan, es terrible, porque voy a unir a este país. Estoy tan entristecido de escuchar eso. Y digo: dejen de hacerlo, si ayuda. Diré esto, y lo diré justo frente a la cámara: dejen de hacerlo”, insistió.

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