Buenos Aires.— Argentina vio ayer, por primera vez, un paro de mujeres. Se trató de una medida en protesta por el asesinato de Lucía Pérez, una adolescente de 16 años de la ciudad de Mar del Plata, el cual ha conmovido a toda la sociedad.

Este hecho se ha sumado a la represión policial sufrida durante el Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario, pero también al desempleo femenino (el índice general es de 9.3%, pero para las mujeres es de 10.5%); la brecha salarial, que aumenta hasta 40% con respecto a los hombres, y el incremento de los feminicidios (según el Poder Judicial argentino, en 2015 hubo 235 crímenes contra mujeres, uno cada 36 horas, y 10 más que en 2014).

El paro, que se realizó entre las 13:00 y las 14:00 horas locales, estuvo acompañado por un ruidazo, el cuelgue de banderas en edificios y la salida a la puerta de los lugares de trabajo y estudio, con las mujeres vestidas de negro, de acuerdo con la consigna de un “miércoles negro”.

Además hubo una movilización bajo la lluvia en el obelisco, punto céntrico de la ciudad de Buenos Aires.

De acuerdo con la organización Ni Una Menos, impulsora de la jornada, acudieron 200 mil mujeres y hombres, aunque hay otras fuentes que han hecho cálculos más conservadores, de 100 mil personas.

El paro nacional de mujeres —que circuló en las redes sociales con los hashtags #NosotrasParamos, #NiUnaMenos y #VivasNosQueremos— tuvo réplicas en 80 ciudades en Argentina, y en otras 58 de Europa y América Latina, incluidas cinco en México.

“La convocatoria desbordó todas nuestras expectativas: ahora el movimiento de mujeres es un actor más en la política argentina”, dijo Florencia Alcaraz, vocera del colectivo Ni Una Menos, a EL UNIVERSAL. “El Poder Judicial va a tener que escucharnos de una vez por todas para investigar los feminicidios como se debe. El Estado que tiene que asignar presupuestos acordes”, dijo la activista.

Durante el acto central de la movilización se leyó un mensaje que decía: “Paramos contra los feminicidios, que son el punto más alto de una trama de violencias, que anuda explotación, crueldades y odio a las formas más diversas de autonomía y vitalidad femeninas, que piensa nuestros cuerpos como cosas a usar y descartar, a romper y saquear”.

Al respecto, Alcaraz, señaló que falta un compromiso “serio y creativo para resolver la problemática de la violencia de género”.

“Necesitamos que se comprenda que es una problemática social y estructural, que no se trata de casos aislados. Para eso, debe haber mayor formación de género en todos los ámbitos y también en el Poder Judicial”, indicó a este diario.

La jornada tuvo repercusiones en la Cámara de Diputados argentina. El bloque de diputados kirchneristas propuso interrumpir la sesión para adherirse a la medida, pero una tensa votación lo rechazó. El legislador Mario Negri, importante pieza oficialista, también se negó.

En la sesión, se aprobó un proyecto sobre paridad de género en las listas electorales que, a partir de 2017, elevaría la cuota femenina del 30 al 50%.

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