Las autoridades penitenciarias de Alabama rechazaron la ex carcelación adelantada de un ex miembro del Ku Klux Klan convicto de un ataque con bomba que mató a cuatro niñas negras en una iglesia hace más de 50 años.


La decisión de mantener en prisión a Thomas Edwin Blanton Jr., de 78 años, fue recibida con aplausos.


Familiares de tres de las niñas asesinadas hablaron contra la ex carcelación de Blanton durante la audiencia.


"Se ha hecho justicia", dijo Lisa McNair, hermana de la víctima Denise McNair, al conocerse la decisión.
Blanton es el último sobreviviente de los miembros del KKK convictos del ataque con bomba contra la 16th Street Baptist Church en Birmingham, Alabama. Está recluido en una celda para una persona en un penal de alta seguridad y raramente tiene contacto con otros prisioneros, dicen funcionarios de la prisión.


Blanton fue convicto de asesinato y sentenciado a cadena perpetua en el 2001 por ser parte de un grupo de miembros del Ku Klux Klan que colocaron una carga de dinamita que estalló en las afueras de la iglesia el 15 de septiembre de 1963. La explosión mató a McNair, de 11 años, Addie Mae Collins, Carole Robertson y Cynthia Morris, de 14.


Las niñas, que estaban dentro de la iglesia preparándose para el servicio, murieron instantáneamente bajo una avalancha de ladrillos y piedras que además hirió a la hermana de Collins, Sara Collins Rudolph. Sus muertes dentro una iglesia una mañana de domingo se convirtieron en un símbolo de los profundos odios raciales en el sur de los Estados Unidos.


"Estábamos en la iglesia aprendiendo sobre amor y misericordia cuando alguien afuera estaba haciendo cosas por odio", le dijo Rudolph, de 65 años, a la junta. Ella perdió un ojo en la explosión y dijo que estuvo preñada de odio durante años después del ataque.


Blanton no asistió a la audiencia, que duró 30 minutos. Nadie habló en favor de su libertad.


Familiares de las cuatro víctimas estaban presentes y la sala estaba llena de personas opuestas a la libertad de Blanton. Oponentes ocuparon asientos usualmente reservados para familiares de los reclusos. Miembros del capítulo en Birmingham de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP) viajaron a Montgomery en autobús para estar presentes.


Rudolph, de Birmingham, admitió que estaba nerviosa antes de declarar en la audiencia, pero añadió. "Yo tenía que hablar por Addie".


jlcg

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