El Cairo.— Al menos mil 439 personas han muerto en los últimos dos meses de ofensiva contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) por parte de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), la coalición kurdo árabe apoyada por Estados Unidos, en Manbech, en el norte de Siria.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó ayer en la capital de Egipto que entre los fallecidos se cuentan 399 civiles, entre ellos 98 menores y 50 mujeres.

La ONG documentó la muerte de 200 civiles por bombardeos del EI, disparos de francotiradores y el estallido de artefactos, mientras que 199 murieron por ataques aéreos de la coalición internacional.

Las FSD ganan posiciones. Las FSD controlan actualmente 40% de la ciudad siria de Manbij, que está en manos de EI, indicaron ayer los observadores. El grupo declaró que los combatientes lograron capturar una clínica, una escuela y una rotonda en el este de Manjib. No hubo reportes confirmados de víctimas fatales en la zona.

Al menos 2 mil 300 civiles lograron salir de la ciudad pero aún quedan miles de residentes atrapados adentro, lo que obstaculiza los avances de las fuerzas apoyadas por EU.

En tanto, el viceministro de Asuntos Exteriores de Siria, Fayssal al Miqdad, expresó su disposición de reanudar, sin condiciones previas, las conversaciones de Ginebra para alcanzar un acuerdo de paz al conflicto armado, que ha causado más de 280 mil muertos.

En una reunión con el enviado adjunto de las Naciones Unidas (ONU) para Siria, Ramzy Ezzeldin Ramzy, y su delegación, el vicecanciller afirmó que su país está listo para reactivar en las próximas semanas las conversaciones y encontrar una solución a la crisis en Siria, según un reporte de la agencia estatal de noticias Sana.

Al Miqdad aseguró que el gobierno del presidente Bashar al-Assad tiene la plena disposición de reanudar las conversaciones de paz de manera directa con la oposición, sin ninguna precondición y sin ninguna intervención extranjera.

Destacó la necesidad de que todos los bandos se centren en la lucha contra el terrorismo y ofreció un panorama sobre la situación en Aleppo y el indulto decretado recientemente por el mandatario Al-Assad.

El presidente ofreció el jueves una amnistía a todos los rebeldes que depongan las armas durante los próximos tres meses y aceptó abrir, junto con el gobierno ruso, corredores humanitarios en Aleppo para permitir la salida de civiles.

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