Bruselas.— Con el nombramiento de Theresa May, de 59 años, como sucesora de David Cameron, primer ministro, el Partido Conservador apuesta por la estabilidad, el diálogo y un divorcio consensuado entre Reino Unido y la Unión Europea (UE).

A diferencia de Andrea Leadsom, la otra finalista en la carrera por el timón tory, May siempre fue vista como la candidata predilecta para darle continuidad a las políticas emprendidas por la administración de Cameron.

Asimismo, era considerada como la opción para darle curso al discurso emitido por Cameron durante su última cumbre en Bruselas: la separación será “lo más constructiva posible”, porque somos “vecinos, socios, amigos y aliados”.

Después de todo, la Dama de Hielo, como la bautizó el antiguo viceprimer ministro británico Nick Clegg, es una conocida en Bruselas; desde su nombramiento como secretaria del Interior en 2010 participa en las reuniones mensuales del Consejo Europeo de Justicia.

Además, no hay enemistad con los funcionarios de las instituciones comunitarias, porque apoyó la campaña por la permanencia británica. Aunque ha asegurado que no intentará permanecer en la Unión.

El nombramiento de May como nueva premier, previsto para mañana, toma por sorpresa a los 27 socios de la UE, quienes se habían resignado a que el nuevo inquilino del 10 de Downing Street sería anunciado en septiembre.

Queda por ver si la UE mantiene su plazo de tolerancia hasta otoño o presiona para que Londres active cuanto antes el artículo 50 para iniciar las negociaciones de salida.

Durante la cumbre de la UE de finales de junio pasado, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dijo que si el próximo premier era un miembro de la campaña del Brexit, tendría sólo un día para invocar el artículo 50, pero si pertenecía a la campaña por la permanencia, contaría con dos semanas.

No está claro si el luxemburgués cumplirá con su advertencia o su discurso fue parte de una estrategia para inclinar la balanza en favor del grupo de Cameron, quien se dice dispuesto a salvar “una relación lo más estrecha posible”.

Lo que sí se sabe es que a la Comisión Europea le urge iniciar el proceso para evitar un contagio de referéndums en los socios con más presencia del populismo euroescéptico.

“Cuanto antes resolvamos, permítanme decirlo diplomáticamente, esta situación problemática, mejor”, sostuvo el presidente del Eurogrupo y ministro de Finanzas de Países Bajos, Jeroen Dijsselbloem.

La hija de un vicario de la Iglesia de Inglaterra ha declarado que no invocará el artículo 50 hasta que el gobierno británico tenga una estrategia clara. “Lo que significa que el artículo 50 no debería invocarse antes del final de este año”, aseguró.

Popular entre los partidarios conservadores, May inició su carrera política en 1997 y como asesora del Banco de Inglaterra se distinguió por ser una dura negociadora. No obstante, como secretaria del Interior ha sido criticada por sus detractores por ser incapaz de contener la inmigración y proceder con la expulsión de personas que no califican para recibir asilo.

La segunda mujer al frente del gobierno de Reino Unido tras Margaret Thatcher deberá conducir el primer divorcio de la familia comunitaria en seis décadas de existencia.

Uno de sus mayores desafíos será encontrar la fórmula que haga valer el voto de: ‘No’ a la migración reflejado en el triunfo del Brexit y al mismo tiempo permita a los británicos seguir participando en el mercado interior europeo.

Juncker ha sido muy claro: no habrá acceso al mercado común, si Londres no acepta las cuatro libertades fundamentales europeas: de personas, bienes, servicios y capital.

Corresponsal en Bruselas

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