Hernán Darío Velásquez Saldarriaga, alias El Paisa, ganó fama como el más temido, implacable y sanguinario guerrillero desde que en 1989 se unió a las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pero también como uno de los sicarios predilectos en la década de 1980 del narcotraficante colombiano Pablo Escobar Gaviria, el poderoso jefe del cártel de Medellín muerto en 1993.

Condenado a 38 años de cárcel por terrorismo y homicidio agravado en contra de Jaime Lozada Perdomo, ex gobernador de Huila, y a 40 por un atentado con explosivos en febrero de 2003 contra el exclusivo club social El Nogal, de Bogotá, que dejó 36 muertos y más de 150 heridos, y acusado de secuestros y masacres de políticos, El Paisa emerge como pieza esencial para destrabar la negociación de paz que el gobierno colombiano y la insurgencia de ese país despliegan desde 2012 en Cuba.

“A las víctimas de El Paisa nos duele profundamente que en vez de estar tras unas rejas pagando por sus penas, esté gozando de las playas impunemente en La Habana”, dijo el legislador colombiano Jaime Lozada Polanco, hijo del ex gobernador asesinado en diciembre de 2005 en un ataque a balazos y con explosivos lanzado contra un convoy vehicular por la columna “Teófilo Forero” de las FARC, comandada por Velásquez.

“Yo iba con mi padre y resulté herido”, narró Lozada, miembro de la Cámara de Representantes por el opositor Partido Conservador. “Ojalá que la presencia de El Paisa en la negociación sirva para lograr un acuerdo, pero lo dudo mucho. El Paisa es un asesino que se reconoce por su crueldad y sin opción de aportar a la paz”, añadió, en una entrevista con EL UNIVERSAL.

La familia Lozada Polanco está marcada por las FARC. Gloria Polanco, madre del congresista y esposa del ex gobernador, y dos de los tres hijos del matrimonio —Jaime y Juan— fueron secuestrados por un comando guerrillero en julio de 2001 en Neiva, capital de Huila.

El ahora legislador y su hermano fueron liberados en julio de 2004, pero la madre, que en cautiverio se convirtió en legisladora, quedó como rehén hasta febrero de 2008: su esposo nunca logró reunir suficiente dinero para pagar su rescate y fue asesinado en 2005.

Perdón sin olvido. El gobierno de Colombia otorgó un salvoconducto a El Paisa para que el pasado viernes viajara en vuelo privado a La Habana a unirse a las gestiones de paz. Al admitir que la presencia de Velásquez en Cuba conmueve “por todas las circunstancias a sus víctimas”, el gobierno colombiano alegó que el país debe avanzar al perdón, aunque sin olvido.

Las FARC, que siguen sin responder al repudio en Colombia por insertar a Velásquez a la mesa, buscan exhibir unidad en el proceso de paz, porque les inquieta que El Paisa rompa con la organización por oponerse a unas negociaciones sobre las que tiene dudas, reveló el periódico El Tiempo, de Bogotá.

“Temen que Velásquez Saldarriaga se convierta en una rueda suelta dentro del funcionamiento militar de la organización guerrillera, independientemente de las órdenes centrales”, aseguró.

Velásquez, recordó el rotativo, se transformó en el sicario preferido de Escobar en el decenio de 1980 al romper con sus jefes medios en el cártel de Medellín y responder sólo a las órdenes directas del máximo capo de esa organización, muerto a balazos en un choque con fuerzas gubernamentales de seguridad.

Lozano admitió que ignora si El Paisa enfrentará sus condenas si se firma la paz. “Tememos que el crimen de mi padre quede en la impunidad. Reclamamos justicia, reparación, compromisos de nuestros victimarios de no repetición. Pero queremos que este señor pague por el crimen de mi padre y por todos los crímenes que ha cometido en los últimos años”, exigió.

Incorporar a Velásquez a la mesa, recalcó, “le resta totalmente credibilidad a las FARC”.

No creo en su buena voluntad ni mucho menos en la de El Paisa. La comunidad internacional no debe dudar ni un instante de que las FARC es una organización narcoterrorista y criminal”. “Queremos una paz sin impunidad”, clamó.

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