El tenis de mesa derribó murallas entre China y Estados Unidos a principios de la década de 1970 y ayudó a iniciar en 1972 la normalización de nexos Beijing-Washing- ton. La “diplomacia del beisbol” acercó a Washington y La Habana en los decenios de 1970, 1980 y 1990 con juegos de equipos de ambos países, pero sin demoler las barreras políticas, económicas y militares que se levantaron entre EU y Cuba tras el triunfo de la revolución cubana en 1959.

La “pelota”, que apasiona a cubanos y estadounidenses, retorna al centro de convergencias de EU y Cuba. La selección de Cuba jugará hoy en la tarde contra un equipo de Grandes Ligas —Rayos de Tampa Bay, Florida— en el Estadio Latinoamericano, de esta ciudad, con la previsible presencia de los presidentes Barack Obama y Raúl Castro.

Para la Federación Cubana de Beisbol, el juego “es muestra del interés por incrementar relaciones mutuamente provechosas y consolidar al deporte como puente del intercambio entre ambos pueblos en el actual contexto de los vínculos” de Cuba y Estados Unidos.

Por el embargo que Washington impuso desde 1962 a La Habana, los peloteros cubanos tienen trabas para jugar en Grandes Ligas. Con el deshielo, un muro deportivo podría caer.

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