El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, advirtió ayer a las FARC que se les “agotó el tiempo” para terminar las conversaciones de paz en la fecha convenida, el 23 de marzo, y recuperar así la confianza ciudadana tras la polémica visita al país de delegados junto a guerrilleros armados.

La declaración de Santos tuvo lugar en el departamento de La Guajira (norte), el mismo que el jueves visitaron el jefe negociador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Iván Márquez (Luciano Marín Arango) y Joaquín Gómez (Milton de Jesús Toncel Redondo). Los delegados de las FARC participaron en un acto público en la aldea de Conejo y estuvieron escoltados por un grupo de guerrilleros fuertemente armados, una situación que ha generado un aluvión de críticas y que el presidente definió como “inaceptable”.

“A su regreso a La Habana, los señores de las FARC deben concentrarse en lo siguiente: se agotó el tiempo para terminar las negociaciones. La fecha del 23 de marzo, acordada entre el presidente y el comandante de las FARC, está a menos de cinco semanas”, avisó.

Además, advirtió de que los puntos que faltan para firmar la paz “deben estar resueltos antes de la fecha acordada”, porque de lo contrario “los colombianos entenderemos que las FARC no estaban preparadas para la paz”. Su reacción sorprende porque Santos ha mostrado cierta flexibilidad sobre la fecha, algo que expresó a principios de mes en Washington.

“Estamos usando la fecha límite para tratar de cumplirla. Que sea dos días después, un día antes o una semana más tarde no importa”, dijo entonces. La guerrilla afirmó que no violó los acuerdos consensuados en la mesa de diálogo de Cuba y calificaron, en un comunicado, de “injustificada polémica” las voces de protesta, mientras que invitaron al gobierno a trabajar para superar el impasse.

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